Cosmos dejará de producir en Galicia si cierran su mina

La cementera establecerá un macizo de protección de 50 metros de roca alrededor de Cova de Eirós y, a partir de ese tramo, podrá realizar voladuras

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“Evidentemente, si no se puede explotar la cantera no disponemos de materia prima para la fábrica y la fábrica no puede producir”. Así de claro se muestra Cementos Cosmos sobre el futuro de la planta de Oural (Sarria), ya de por sí poco halagüeño desde que la cementera del grupo brasileño Votorantim aplicó un ERE en su centro gallego, dejándolo prácticamente paralizado, aunque con el compromiso de encender los hornos dos meses al año. Pero incluso este premio de consolación quedará en nada si Cosmos no puede extraer la caliza de Vilavella, la mina de Triacastela que ha generado una fuerte polémica por su proximidad a Cova de Eirós.

La situación es peliaguda. Cova de Eirós es una joya. El colectivo Salvemos Cabana la define como la “catedral” del Paleolítico gallego “que alberga las únicas pinturas rupestres conocidas de esa etapa en todo el noroeste peninsular”. Las investigaciones del yacimiento así lo corroboran e incluso la alcaldesa de Triacastela, Olga Iglesias, reclamó levantar un museo en nombre de semejante hallazgo. Claro que la autorización que el Ayuntamiento que dirige concedió a Cosmos permite a la empresa utilizar explosivos a 50 metros del tesoro arqueológico.

La empresa del grupo Votorantim reconoce que sin cantera poco o nada tendrá que hacer en Oural, con lo que se daría prácticamente la puntilla a una fábrica histórica, muy imbricada con la población de Sarria y que en su día fue referente en el noroeste peninsular, pese a que ahora queden en sus instalaciones una quincena de trabajadores. Así están las cosas.

¿Hay solución intermedia?

La autorización para explotar la mina exige a Cosmos un plan de protección para el santuario arqueológico. La cementera explica que consiste, básicamente, en “dejar un macizo de protección de 50 metros de roca alrededor de la cueva sin explotar” con el objetivo de garantizar que la actividad en el resto de la cantera no afecta a Cova de Eirós. Implica este condicionante que la licencia permite realizar voladuras a 50 metros del yacimiento. La empresa se compromete a “realizar un control de vibraciones” en las detonaciones próximas a este margen.

Esta es la única medida para la que se exigió una respuesta inmediata a Cosmos, que asegura que “ya se está cumpliendo”, aunque matiza que no se ha realizado ningún tipo de voladura en el periodo transcurrido desde que se hizo efectiva la autorización, el 1 de agosto, sino que se está aprovechando los stocks intermedios de la cantera.

Seguirá la batalla

A priori, esta solución poco o nada convencerá a los colectivos que se oponen a la mina y que, por el momento, han formalizado su desacuerdo en una denuncia ante la Policía Autonómica, dos recursos de reposición de la licencia y una Proposición Non de Ley presentada por AGE en el Parlamento gallego en la que se pide la paralización de la cantera y la revisión de la autorización.

A parte de lo obvio, el riesgo que pueda suponer realizar detonaciones a 50 metros de la cueva, varios colectivos (Salvemos Cabana, ContraMINAcción…) han apuntado que el espacio de Cova de Eirós ya está dañado y presenta altos niveles de humedad que ponen en peligro las pinturas. De ahí que sea necesario un plan de prevención y reducción de daños más que una medida correctora. Por supuesto, consideran incompatible cualquier actividad minera con la preservación de la cueva.

La protección del Camino de Santiago

En los daños que se puedan haber producido en el yacimiento hay que repartir culpas. La mina de Vilavella data ya de los años 80 y por allí han pasado, entre otros, el grupo gallego Corporación Noroeste y la portuguesa Cimpor, antes que la actual, la brasileña Votorantim. Pero nunca hasta ahora se fue consciente con tanta fuerza de mantener una explotación minera al lado de una joya arqueológica.

La licencia actual excluye cualquier actividad en los terrenos incluidos dentro del ámbito de protección de la Ruta Xacobea. Esa fue la petición del Comité Asesor del Camino de Santiago, un órgano consultivo que ya reconocía un importante impacto visual de la cantera en el amplio tramo del Camino Francés que discurre por sus proximidades. Cosmos aseguró a este medio que no han realizado ningún tipo de actividad en este espacio de protección ni la van a hacer “sin autorización”.

El antes y el después

La mina, por el momento, sigue en trámites. Cosmos ha iniciado el proceso para resolver el expediente sancionador que le abrió la Confederación Hidrográfica Miño Sil y obtener la licencia de obras, y cuenta con autorización de vertido y captación en el río Teixido, según asegura. Frente a la interpretación que hicieron AGE y la asociación cultural O Iribio, asegura que para cumplir buena parte de los requisitos era “imprescindible” contar con la licencia urbanística concedida por el Ayuntamiento. Pero no existe un plazo de ejecución concreto, al margen del determinado para Cova de Eirós.

Por tanto, el nivel de protección para la cueva es el tramo de 50 metros de roca maciza, para el Camino de Santiago el compromiso de no actuar en su zona, y el resto de exigencias se irán cumpliendo sin agobios temporales. No parece que estas medidas vayan a disuadir a los colectivos que se oponen a la explotación. La batalla seguirá.

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