Coruña Smart City, la web de los 11,5 millones de euros

La plataforma tecnológica, cofinanciada en un 70% por fondos europeos, está gestionada por Emalcsa sin apenas resultados y será fiscalizada por el concello

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Los 101.000 euros de salario bruto anual que cobra el director general de Emalcsa, Jaime Castiñeira, no es lo único ni lo que más preocupa de la empresa municipal de aguas al nuevo equipo de gobierno de María Pita. El liderazgo de Emalcsa en el proyecto de Smart City, una plataforma tecnológica de la que apenas hay resultados para el ciudadano, no ha pasado desapercibido para la Marea de Xulio Ferreiro, que ya ha anunciado una auditoría para fiscalizar un proyecto de 11,5 millones de euros y de difuso rendimiento.

El Ayuntamiento de A Coruña, a través de Emalcsa, adjudicó en 2012 a la UTE formada por Indra, Altia, Ilux y la operadora R la definición, diseño y desarrollo de la plataforma Smart Coruña, así como la definición y puesta en marcha de la oficina de proyecto. La plataforma Smart Coruña había nacido un año antes a través de un convenio firmado entre la administración local de Carlos Negreira y el Ministerio de Economía y Competitividad.

Reparto de la inversión

Esos 11,5 millones de euros de coste, que está cofinanciado al 70% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Operativo de I D i, se reparten entre los 3,2 millones que se destinaron a la puesta en marcha de la oficina técnica y de la plataforma tecnológica, y otros 8,2 millones para la implantación de «pilotos verticales», toda una pléyade de aplicaciones informáticas para poder emplear como herramientas útiles al ciudadano. Básicamente, el plan de los «pilotos verticales» pasa por la integración de datos de fuentes diferentes para generar servicios de mayor valor añadido.

La adjudicación a la UTE formada por Indra, Altia, R e Ilux se realizó mediante concurso público, y fue firmada por Emalcsa tras la evaluación de siete ofertas con 84 empresas implicadas a través de diversas alianzas.

La auditoría

En el programa de la Marea ya se recogía la auditoría a la plataforma tecnológica como uno de los ejes de actuación de Xulio Ferreiro. El objetivo, la «fiscalización» del proyecto y «la  revisión de las posibilidades de la plataforma con el objetivo de dotarla de una finalidad social eficaz y evaluable socialmente».

La Marea fue más allá en la campaña y llegó a advertir de que el proyecto Smart City «fue hasta ahora, y sobre todo, un gran negocio millonario para las operadoras de telefonía, los gestores de plataformas e incluso para la industria de la vigilancia». «Fue en realidad», decía en el programa, «un instrumento publicitario, y excesivamente publicitado, en ambos casos con elevados costes y un escaso rendimiento de interés público».

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