Cortizo pone en marcha su planta de Asturias tras invertir más de 5 millones

El rey del aluminio, en pleno proceso de internacionalización, multiplica su esfuerzo inversor y pone en marcha la fundición de Mieres

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A Cortizo no le tiembla el pulso inversor. El gigante gallego del aluminio que conduce José Manuel Cortizo Soñora ha puesto en marcha su nueva fundición asturiana, aquella que compró a Kerkus por 3,4 millones de euros. La planta de Mieres necesitó otra inyección de 1,8 millones para su puesta a punto, en total, una inversión de 5,2 millones que acaba de comenzar a andar.

El nuevo centro de fundición posee una capacidad de producción de 25.000 toneladas anuales de ‘tocho de aluminio’, duplicando el autoabastecimiento de materia prima de la compañía. Comienza su viaje de mano del rey gallego del aluminio con 15 trabajadores, aunque la compañía ya ha advertido que prevé elevar la plantilla progresivamente, en función de las necesidades de producción.

El responsable de fundición del grupo, Santiago García, asegura que se trata de «una apuesta por unos de los pilares básicos del grupo, la sostenibilidad y la eficiencia energética, ya que el aluminio de segunda fusión consume un 95% de energía menos que la producción de aluminio primario».

Siete factorías y 30 países

Ganar en eficiencia y en velocidad han sido las dos premisas que ha mantenido el grupo en el año que dejamos atrás. El dinero que se marchó hacia tierras asturianas tiene su replica en Galicia, donde Cortizo estrenó recientemente una planta de PVC y el almacén inteligente de Padrón, la localidad que vio nacer el imperio. Aunque no hay datos oficiales, la inversión de 2014 ronda los 20 millones.

El grupo está en pleno proceso de expansión. Cuenta ya con siete factorías de aluminio y PVC en España y otras dos en Eslovaquia y Polonia y está presente en 30 países.

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