Copasa abandona el negocio de las renovables

La constructora ourensana del AVE a La Meca traspasa su participación en Enebro Renovables y Airosa Vento y pone a la venta su parte en la sociedad eólica que creó con Coren y Gadisa, Andavia Renovables

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Atareada con el ingente proyecto de unir La Meca y Medina con una línea de alta velocidad, Copasa parece decidida a poner fin a su periplo por el sector eólico y las energías renovables, una aventura en la que sigue su presidente, José Luis Suárez, como socio único de Tagsa Renovables. La constructora en cambio está abandonando uno por uno los proyectos en los que se había embarcado, alguno de ellos con ilustres socios como Gadisa o Coren.

A lo largo del pasado año, Copasa vendió las 1.500 participaciones que mantenía en Airosa Vento, sociedad domiciliada en Santiago que acaba de recibir la autorización de la Xunta para levantar un parque eólico en Vilamartín de Valdeorras de 21 megavatios con una inversión prevista de 25 millones. La venta reportó unos ingresos a la compañía de 124.570 euros pero no rompió del todo la vinculación entre ambas, pues en el Registro Mercantil se mantiene como socio de la eólica Tagsa Renovables, la empresa de José Luis Suárez.

También durante 2014, Copasa traspasó las 1.500 participaciones de Enebro Renovales que poseía. La sociedad está controlada por otra constructora, Taboada y Ramos, y también ha visto como recientemente le concedían la autorización para instalar siete aerogeneradores en Friol. El traspaso de la participación le reportó unos ingresos de 85.359 euros, según las cuentas presentadas en el Registro Mercantil.

Las previsiones erróneas del eólico

Eran las dos sociedades de la constructora que operaban en el sector de las renovables. Le queda un amplio negocio, con intereses en sectores como el vitivinícola, el inmobiliario o el tratamiento de residuos. En el área energética, Copasa mantiene uno de sus proyectos más destacados en Andavia Renovables, aunque parece que no por mucho tiempo, ya que la compañía lo sitúa entre sus activos en venta.

El proyecto de Andavia nació al calor del concurso eólico de la Xunta. En la fundación intervinieron además de Copasa, Coren y Gadisa, después de que Jacinto Rey, presidente de San José, se desmarcara de la propuesta y decidiera competir en solitario. La aventura eólica sumó a numerosos empresarios, de Epifanio Campo a Jove, pasando por Manuel Añón, José Cortizo e incluso Finsa, que luego se encontraron no sólo con los líos legales de la reforma eléctrica y de la anulación del reparto del bipartito, sino con un parón en el sector y un recorte a las primas que pusieron contra las cuerdas la rentabilidad de los parques.  

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