Competencia desaconseja al Gobierno ‘hacerle el juego’ a Alcoa

El regulador pone en duda la necesidad de la subasta eléctrica que exige la multinacional para no cerrar sus centros de A Coruña y Avilés

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La postura de Alcoa no solo ha desatado una tormenta en A Coruña, donde miles de personas se movilizaron este viernes contra el cierre de la factoría en A Grela. También en Madrid se masca la tensión ante la intención de la multinacional del aluminio de echar el cierre en su planta coruñesa y en Avilés si no consigue más bonificaciones eléctricas. Alcoa es clara: o logra más incentivos por el mecanismo de interrumpibilidad o dejar en la calle a cerca de 800 trabajadores.

El ministro de Industria, José Manuel Soria, recogió el mensaje este viernes, casi al mismo tiempo que Villar Mir, que controla otro de los grupos de gran consumo energético con presencia en Galicia, Ferroatlántica, advertía que no iba a consentir tratos de favor con la multinacional norteamericana. Dijo Soria que «antes de que finalice el año» se celebrará una nueva subasta de interrumpibilidad para asignar los bloques que quedaron pendientes y que ascienden a unos 200 millones de euros.

Alcoa «no va a tener absolutamente ningún problema para ser adjudicataria tanto en la fábrica de A Coruña como en la fábrica de Avilés», siempre que puje en «condiciones similares» a como lo hizo para la de Gijón, donde sí obtuvo todos los bloques a los que aspiraba.

La postura de Competencia

Esta nueva subasta tendrá que cargar en la espalda con un informe desfavorable de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. El organismo regulador no tiene capacidad para vetar la subasta, pero sí que puede poner en duda su conveniencia. Esto es exactamente lo que ha pasado y así consta en un informe interno que la CNMC ha hecho llegar al Gobierno, informa Expansión.

Uno de los argumentos de Industria para el nuevo reparto de bonificaciones es que el frío y la falta de producción de algunas centrales nucleares europeas provocará que España necesita mayor capacidad energética. El mecanismo de interrumpibilidad se fundamenta en que los grandes consumidores se desconecten de la red en momentos de exceso de demanda para no saturar el suministro y perciban, a cambio, suculentos incentivos. Si España necesita más capacidad, los grandes consumidores tendrán que dejar más megavatios libres, lo que hace necesaria otra subasta. Todo cuadra.

Pero Competencia no lo ve así. Niega la mayor y rechaza que España necesite más capacidad, según informan fuentes del sector citadas por Expansión.

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