Coca-Cola denuncia ante la justicia la importación irregular de sus productos en España

Coca-Cola Iberian Partners, el embotellador ibérico de la multinacional estadounidense, lleva a juicio a varios distribuidores españoles por adquirir latas de su producto en Egipto. La compañía también negocia con la cadena Dealz para que deje de importar la bebida de Reino Unido

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El embotellador Coca-Cola Iberian Partners (CCIP), con la exclusividad de venta del popular refresco en España y Portugal, ha abierto varios frentes judiciales para erradicar la Coca-Cola egipcia que tanta presencia había logrado en Canarias, Andalucía y en algunas poblaciones de Cataluña.

La compañía libra una batallada judicial para impedir que la Coca-Cola egipcia, entre cinco y ocho céntimos por lata más barata que la española, se siga vendiendo en el territorio español. CCIP ha demandado al menos a cinco grandes distribuidores españoles por comprar las latas egipcias. En algunos casos, la compañía aduce motivos sanitarios y en otros casos la violación de los derechos industriales, al entender que se trata de falsificaciones, algo que niegan las empresas afectadas.

«Compré un contenedor en el año 2009 y fue retenido en Tenerife. Allí sigue la mercancía: más de 60.000 latas. Lo hemos comprado a los distribuidores egipcios. Es obvio por las latas y por el contenido que no es falsificada, pero creo que la Guardia Civil ni se ha molestado en abrir los contenedores. Si son un peligro para la salud pública, habría que demandar al embotellador egipcio», explica un empresario andaluz demandado por Coca-Cola que ha preferido mantener su nombre en el anonimato.

Libertad comercial

La arremetida de Coca-Cola contra la mercancía producida en otros países viola la libertad de comercio, según entienden los distribuidores. Los comercializadores afectados, que se encuentran en Murcia, Andalucía, Canarias, y Cataluña, consideran que la embotelladora española roza prácticas comerciales monopolísticas.

Los mayoristas entienden que Coca-Cola ha emprendido una campaña de amedrentamiento contra los importadores de latas aunque no ha perseverado en todos los intentos. La compañía no acudió al juicio contra el importador canario Adolfo Amador del Castillo que se encuentra en concurso de acreedores. Algunos distribuidores están dispuestos a demandar a la empresa embotelladora por perjuicio y lucro cesante una vez concluyan los procesos judiciales. En su línea habitual de opacidad informativa, la embotelladora no ha contestado ninguna de las llamadas de este diario.

Egipcias, polacas y turcas, las latas de Coca-Cola procedentes de países con costes inferiores a los españoles se han incrementado de forma notable en España. El fenómeno causa gran malestar en el embotellador único de la Península Ibérica que ve cómo su mercado exclusivo comienza a ser invadido por productos fabricados fuera.

También de Reino Unido

El último caso ha sido el de la cadena Dealz, que anunció el año pasado una agresiva entrada en España y que importa todas sus latas de Coca-Cola desde Reino Unido. El director general de la compañía, Álvaro Villamizar, asegura que la cadena no tiene ningún impedimento legal para importar las latas británicas y que su equipo está dispuesto a comprar el producto en España, siempre que el embotellador acceda a presentar una oferta más atractiva.

«Hay libre comercio, con lo cual no hay ningún compromiso con las embotelladoras españolas. Nos encantaría poder comprarlas en España y espero que en el futuro pueda ser así. De hecho hemos tenido ya algunas reuniones con Coca-Cola España. Vamos en el buen camino. Lo que es una realidad es que hay otra manera de hacer el negocio de retail para España», explica el máximo ejecutivo de Dealz en España.

Un problema de la multinacional

De hecho, las prácticas del llamado mercado negro existen desde hace tiempo en el entorno de la multinacional de Atlanta, que es quien suscribe contratos en cada país con embotelladores locales para que realicen la producción de su producto y se encarguen de la comercialización. En otros momentos, una de la zona afectada en España fueron las Baleares, adonde llegaba producto Coca-Cola procedente de otros países.

El gigante de los refrescos garantiza a sus suministradores locales una cierta exclusividad en los territorios, que se ve alterada por estas prácticas de comercio internacional.

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