Centenares de empresarios siguen a Sol Daurella y mudan sus negocios de Barcelona a Madrid

Cataluña deja escapar durante las dos legislaturas de Artur Mas alrededor de 1.500 compañías; la gran mudanza hacia la capital española se concentró entre enero y noviembre del año pasado, según la Comunidad, justo antes del 9N

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El ejemplo de la mayor accionista de la actual Coca-Cola Iberian Partners (antes Cobega), Sol Daurella, ha calado entre el empresariado catalán. Centenares han seguido sus pasos hasta la capital de España. En concreto, algo más de 1.500 patrones decidieron trasladar entre 2010 y 2014 sus negocios desde Cataluña hacia la Comunidad de Madrid. El periodo coincide con las dos legislaturas de Artur Mas y, por tanto, con su apuesta política por lograr la independencia.

La esposa de Carles Vilarrubí, vicepresidente del FC Barcelona, empresario incluido en el círculo de confianza del presidente de la Generalitat y accionista de RAC1 y 8TV –medios afiliados a las tesis soberanistas—, fue la primera gran empleadora catalana en tomar la decisión de cambiar el domicilio social para ubicarlo en Madrid. Daurella aprovechó el proceso de absorción del resto de embotelladores españoles de Coca-Cola, que lideró, para ubicar su sede fuera de Cataluña. Recientemente, dejó el consejo del Sabadell para recalar en el del Satander.

Gran mudanza

Las plantas que aporta Cobega al negocio desarrollan el día a día ajenas a los movimientos administrativos de la cúpula. Con esta misma operativa se manejan ya centenares de compañías instaladas antes en municipios catalanes. El censo del gobierno madrileño [consultar datos] deja constancia de que la gran mudanza se produjo durante los tres primeros trimestres de 2014. Es decir, entre enero y noviembre. Justo antes del 9N. Un tercio del total de los traslados detectados en los últimos cuatro años, 500 firmas, viajaron en ese periodo.

En su mayoría, se trata de pymes de tamaño medio, que declaran una facturación de entre seis y 24 millones de euros con entre 50 y 199 empleados. Los datos del instituto de estadísticas catalán (Idescat) coinciden en señalar que el mayor índice de bajas empresariales en Cataluña se produce justo en ese mismo segmento que ahora crece, por varios motivos, en Madrid. Entre 2013 y 2014, cayó del censo de la Generalitat el 5,2% de las empresas con una plantilla situada en esa misma horquilla. El Ejecutivo de Mas no distingue cuántas cerraron o bien, simplemente, se marcharon pero siguen activas.

Fuga y muerte de pymes

El año pasado alberga el ejercicio más dramático en Cataluña para este tipo de negocios. Frente a la evolución del -5,2% de 2014, en 2013 se registra la pérdida del -4,4%, y en 2012, el -2,3%. La serie estadística prueba el deterioro cada vez mayor. Año sobre año, la segunda fuente de  bajas empresariales se produce en el tramo de compañías que emplean un máximo de 49 profesionales. La cifra de este tipo de pymes se redujo en Cataluña un 4% en 2014.

Bien por las mudanzas a Madrid o a cualquier otra región, bien por la política errática del Govern, según coinciden sindicatos y patronales, las dos legislaturas de Mas arrojan un paisaje industrial en caída libre. Heredó de José Montilla un tejido productivo compuesto en total por 619.670 empresas. Cuatro años después, la cifra se queda en las 586.443 actuales.

Las empresas miran a Madrid

Los últimos datos catalanes indican que los retrocesos se suavizan, pero aún están en el terreno negativo (-0,7%); mientras la Comunidad madrileña creció en 2014 el 2,3% hasta las 483.327 sociedades totales. La facturación media de las empresas con base en la capital española suma 327.000 euros, frente a los 178.000 euros registrados por las homologas catalanas. El desfase se atribuye a la presencia en la capital de las grandes corporaciones integrantes del Ibex.

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