Carceller se convierte en la clave del contencioso Repsol-Sacyr

El empresario mantiene una estrecha amistad con Brufau que permite limar asperezas. La posible venta de su empresa canaria Disa y su capacidad de interlocución con los bancos son algunas de sus cartas ganadoras

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Demetrio Carceller se ha convertido en la pieza clave para deshacer el embrollo creado por Pemex y Sacyr en Repsol. Amigo íntimo de Antonio Brufau, su oposición frontal a Luis del Rivero le puede abrir las puertas de la petrolera, de la que no es consejero. Éste y no otro era el objetivo cuando desembarcó en la constructora.

La batalla entre Repsol y el dúo accionarial formado por Sacyr Vallehermoso y Pemex está en todo lo alto. La petrolera ha puesto en marcha los mecanismos para expulsar a los consejeros de sus dos enemigos del máximo órgano de administración y este martes ha solicitado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que investigue los movimientos en bolsa de Repsol cuando se conoció el 29 de agosto la sindicación de acciones entre la constructora y el grupo mexicano. Más madera a poco más de dos meses para que expire el plazo para la refinanciación de los casi 5.000 millones que Sacyr debe por la compra del 20% de Repsol.

Pero aunque no hay tregua, la comunicación entre Repsol y una parte de Sacyr existe, y además es como mínimo fluida. La relación entre Antonio Brufau y Demetrio Carceller –dueño del 15,7% de Sacyr, consejero de Gas Natural y propietario del grupo de distribución de carburantes canario Disa– es casi familiar. Ambos estrecharon lazos gracias a la amistad trabada entre sus hijos, que cursaron juntos sus estudios. Los cuatro suelen quedar los fines de semana para jugar al golf. Y a la vista de los acontecimientos, la batalla entre Sacyr y Repsol no ha enfriado la relación entre los ejecutivos: la ha reforzado.

Rivero pierde interlocución

Aunque el futuro no puede ser más incierto en una disputa con tantos tintes económicos como políticos, sí parece claro que el consejo de Repsol ya no acepta a Luis del Rivero como interlocutor de Sacyr en la petrolera. O el grupo constructor renuncia a la sindicación de acciones con Pemex y enseña por lo tanto la bandera blanca, o no hay opción alguna de acercamiento. Esta postura es defendida plenamente por La Caixa. Aunque Isidro Fainé siempre ha sido partidario de negociar con Sacyr, la posición inflexible de Del Rivero y Pemex ha terminado por disuadirle de esta vía.

Ahí entra en escena Carceller, enfrentado abiertamente con Del Rivero, al que acusa de ir contra los intereses de Repsol. El hombre que invirtió en Sacyr los 360 millones de euros recibidos por la venta de CLH siempre tuvo claro que su participación en la constructora no era más que el ariete amistoso para llamar a la puerta de Repsol. Tras el desplome de la cotización de la petrolera en verano y la ofensiva de Sacyr y Pemex, las opciones de Carceller se han disparado. Además, las fuertes pérdidas que acumula en Sacyr le dan derecho a levantar la voz.

Único canal de diálogo

El dueño de Damm tiene varias cartas ganadoras en la mano. Junto a Juan Abelló, que abandonó el último consejo de Repsol en desacuerdo con la estrategia de Del Rivero y Pemex, representa el único canal de comunicación que hoy tiene abierto Sacyr con la petrolera. Pero Carceller mide sus pasos. No quiere aparecer como hombre de paz en una batalla en la que considera que debe quemarse Luis del Rivero ni le tientan determinadas sillas a corto plazo.

Sin embargo, su papel en la sombra será fundamental para apagar los muchos fuegos que arden sin control. El primero, dentro de Sacyr. Carceller tiene el prestigio y los activos suficientes para convencer a la banca de que prorrogue a la compañía el crédito de casi 5.000 millones solicitado por Del Rivero para pagar el 20% de Repsol. Sus relaciones con Banco Santander, el líder del sindicato de acreedores del préstamo a la constructora, son excelentes. No en vano, Carceller dio sus primeros pasos profesionales en el bróker de la entidad cántabra.

Una compra más que posible

Además, Carceller es dueño de Disa, una distribuidora de carburantes canaria con amplia presencia en aquel mercado. Según ha publicado este lunes la prensa canaria, la compañía puede ser adquirida por Repsol e incluso por la filial Gas Natural. A priori, la operación podría ser una carta de presentación para dar el salto a Repsol. No obstante, la petrolera desmiente tajantemente esta operación.

Aunque la hoja de ruta de Carceller está trazada, son muchas las incógnitas en el horizonte más inmediato. Medios del sector señalan que una de las más importantes es si el propio Brufau podrá mantenerse en la presidencia si el 20-N el PP se alza con el Gobierno con mayoría absoluta.

Otro de los interrogantes a despejar es el relativo al futuro de Luis del Rivero. El objetivo de Carceller y Abelló es llegar a un acuerdo con el primer ejecutivo del grupo para que se centre en el negocio típico de Sacyr y les traspase la representación en Repsol. Esa opción dependerá mucho de la capacidad de Del Rivero para sacar adelante la refinanciación del préstamo de Repsol. La fecha límite es el 21 de diciembre. Si un mes antes las negociaciones no han avanzado y los bancos acreedores ponen a Sacyr contra las cuerdas, la posición del presidente se tornará muy delicada.

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