Carceller acosa a Pescanova

Damm apela a otros accionistas significativos para redoblar su exigencia de convocar el consejo de administración

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Demetrio Carceller descubrió sus cartas y este jueves dio un paso más en la guerra abierta con el presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa. Lo hizo al confirmar, de forma pública que, tal y como adelantó Economía Digital, a principios de semana solicitó la convocatoria de un consejo de administración extraordinario para aclarar la situación de la pesquera, en preconcurso de acreedores. El grupo catalán manda recado: insiste en la necesidad de la reunión y deja entrever que no está solo. Otros accionistas significativos podrían también haberse sumado a esta petición que, de momento, continúa sin respuesta.

Tras la solicitud de preconcurso, la cervecera Damm, de la que es propietario Carceller, segunda accionista y principal obligacionista de Pescanova, pidió por escrito la celebración de un consejo extraordinario. Tras días sin recibir respuesta, optó por hacer pública su exigencia, confirmando la información adelantada por este medio. Eso sí, fuentes del grupo aseguran que esta petición se hace, simplemente, “por responsabilidad” y no busca, en ningún caso, la confrontación entre accionistas. “La situación económica de la compañía es relevante”, y desea pedir más información acerca de los próximos pasos que tomará la multinacional. “Lo importante es estar unidos”.

Equilibrio de fuerzas

Damm ha elevado el tono de sus exigencias, al hacerlas públicas, sabedora de que cuenta con aliados. Entre otros, el fondo Luxempart podría haber solicitado también la reunión urgente. Precisamente, el grupo de Carceller –con algo más de un 7% de la compañía– y Luxempart –con el 5,835%– fueron quienes se negaron a firmar las cuentas anuales de 2012, lo que precipitó la suspensión de su cotización en bolsa y la petición de un preconcurso de acreedores. Este último paso se interpretó como una maniobra defensiva por parte de Fernández de Sousa, que recela de las aspiraciones de los accionistas rebeldes.

Se da la circunstancia de que tanto Luxempart como Carceller, que suman una participación similar a la del presidente de la compañía (algo más del 14%), cuentan con 50 millones de euros en obligaciones convertibles (25 millones cada uno según fuentes financieros). Ese elemento se interpreta que propiciaría movimientos inminentes y de equilibrio de fuerzas en el seno del consejo.

Sin comunicación a la CNMV

De forma oficial, Damm niega las tensiones con Manuel Fernández Sousa, así como la posibilidad de que pueda unirse a otros accionistas para tomar el mando de la compañía. Rechaza que haya comprado acciones aprovechando la caída en bolsa del precio de los títulos, que este jueves cerraron a 9,9 euros, casi la mitad de lo que valían hace una semana, antes de presentarse el preconcurso.

“De darse una compra de acciones tendríamos que haberlo comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y no ha sido así”, indican fuentes oficiales de Damm. Aunque, de forma exacta, Carceller tendría otras opciones para ir atesorando capital. Las compras de títulos por un valor menor al 3% no tienen que ser declaradas a la CNMV.

“Estudiaremos todas las opciones”

Aunque oficialmente declara casi un 6,2%, la participación de Damm en Pescanova rebasa de largo el 7%, y son muy pocos los que saben cuántas acciones de la multinacional tiene “aparcadas” Carceller. Los movimientos en bolsa en el arranque del año, cuando en una semana cambió de manos hasta un 12% de la compañía a través de traders, apuntan en esa dirección. En estas tres últimas jornadas, Pescanova movió acciones por un valor de más de 40 millones de euros cada día.

Pero, sin entrar a valorar estas circunstancias, desde Damm insisten: piden una convocatoria extraordinaria “por responsabilidad” y para conocer el rumbo de la compañía. “Estudiaremos todas las posibilidades, pero eso será una vez se haya convocado el consejo de administración”, resuelven. Sobre por qué el grupo de Carceller (tiene a su hermano José como consejero) no firmó los resultados de 2012, indican que no estaban de acuerdo con su situación económica.

A la espera de una respuesta por parte de Pescanova a la exigencia, ya pública, de Carceller, la tensión continúa en escalada.

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