Cara y cruz del tablero gallego en plena ofensiva de Kronospan

Mientras Tablicia se juega su futuro, Finsa, Losán e Intasa sitúan a Galicia líder en exportaciones de madera

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Con dificultades y más de un ajuste de plantilla, la industria del tablero gallega está resistiendo las adversidades económicas que castigaron con severidad a su sector, el maderero, que redujo su facturación en casi 800 millones en los últimos cinco años. En este periodo se destruyeron en la industria de la madera cerca de 6.800 empleos.

En este contexto adverso, el tablero gallego mantiene el tono, con Losán, Finsa y la maderera del Grupo Tojeiro, Intasa, como referentes, las magnitudes permanecen estables a lo largo de estos años. En 2012, se destinaron a la fabricación de tablero en Galicia 1.342.000 metros cúbicos, un ligero descenso con respecto al volumen del año anterior (1.394.00 metros cúbicos), en el que el consumo de madera para la fabricación de tablero repuntó un 1%, según los datos de Confemadera Galicia.

Las diferencias son apenas significativas, principalmente, porque la industria del tablero ha hecho de la exportación una válvula de escape contra el incremento de los precios en la energía, el transporte, las resinas y las colas, contra la caída del consumo y, en general, contra la crisis económica. Así, las exportaciones gallegas de tablero de fibra crecieron un 5,2% en 2012 (alcanzando un valor de 146 millones de euros) y las de tablero de partículas un 7,5% (con un valor de 54, 3 millones de euros). La salida de tablero hacia mercados internacionales, junto a la pasta de madera, convierten a la industria maderera gallega en la primera exportadora del Estado.

Losán y Finsa

Estas son las positivas cifras globales, pero en las intimidades de los grupos empresariales el paisaje es más complejo. Todos ellos han coqueteado con el ERE, al que también parece abonada Tafisa, del grupo portugués Sonae. Grupo Losán, la maderera que germinó en Curtis, lo aplicó en su filial Aserpal el pasado año mientras negociaba la adquisición de la burgalesa Interbón, que acabó en manos del gigante austriaco Kronospán. El asunto le costó una condena judicial por exceso de jornada en la aplicación del expediente y un conflicto laboral sostenido durante meses.

Finsa también puso en marcha el pasado año un ERE temporal de 125 días para 1.350 trabajadores de sus cuatro plantas gallegas (Ourense, Padrón, Rábade y la central de Santiago) que, según informa el sindicato mayoritario en el comité de empresa, Uso, no se está aplicando en su totalidad. En cambio, la maderera sí que está trasladando cerca de una veintena trabajadores desde su fábrica de Ourense a su sede central compostelana, según el sindicato. El ERE de Finsa llegó poco después de echar el cierre en la empresa Ecar de Mondoñedo, abocando al paro a 62 de sus trabajadores.

El incierto futuro de Tablicia

Peor suerte corrió Tablicia. Otrora empresa puntera en el sector, entró en concurso con 38 millones de euros de deuda y más de 400 acreedores. Buena parte de su futuro se decide este lunes, en la subasta de la fábrica de Nadela que se celebrará en el Juzgado de lo Mercantil de Lugo. Hay ofertas por la empresa, pero su suerte dependerá de las intenciones del comprador: dar continuidad a la producción o trocear la empresa para venderla.

A comienzos de junio, una de sus filiales, Interpanel, pasó a manos de la multinacional austríaca Kronospán también por el mecanismo de la subasta. La adquisición se cerró en 20 millones de euros.

La ofensiva de Kronospán

¿Y quién es Kronospán? Un gigante europeo del tablero en plena ofensiva en territorio peninsular. Le ganó la partida a Grupo Losán en la compra de Interbón y aterriza en Galicia, muy cerca de su competidor Finsa, aprovechando la caída de Tablicia.

Con 34 plantas de fabricación de paneles y tableros de madera, representación en 27 países, y unos 11.000 empleados, Kronospán casi duplica en capacidad a Finsa. En sus instalaciones repartidas por la Unión Europea puede movilizar unos 6.840 millones de metros cúbicos, mientras que Finsa se sitúa en los 3.500 millones, según los datos de la Federación Europea del Tablero (EPF).

Grupo Tojeiro

Con menos sobresaltos laborales, las madereras del grupo Tojeiro, que tiene a Gadisa como buque insignia, también han sufrido los envites del ladrillo. Intasa, la empresa de San Sadurniño dedicada al tablero de fibra, cerró dos años consecutivos en números rojos, con pérdidas de 5,4 millones en 2011 y de 2,1 millones un año antes. Unemsa, otra filial maderera centrada en el aglomerado, también cerró el ejercicio de 2011 con pérdidas de 2,8 millones.

De la evolución de estas empresas, Losán, Finsa y Unemsa-Intasa, dependerá la posición de privilegio que ocupa Galicia en la producción de tablero en el Estado y también buena parte de la capacidad de innovación del sector maderero. “La industria del tablero está haciendo un verdadero esfuerzo por sorprender a nuevos mercados (países emergentes) con una propuesta de valor competitiva. En este punto, el principal escollo es disponer de materia prima en cantidad, de calidad y certificada”, explican en Confemadera.

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