Calvo: «Si el cliente quiere un envase triangular, lo haremos triangular»

La empresa reafirma su apuesta inversora en Carballo y prevé incrementar un 7% sus ventas este año, hasta los 840 millones

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El grupo conservero Calvo está convencido de que competir en un mercado global requiere «fábricas flexibles y eficientes». Ese concepto preside la anunciada inversión de 25 millones durante los próximos cuatro años en la planta de Carballo. «Queremos apostar por donde creemos que va a ir el mundo», zanjó el consejero delegado de la compañía, Mané Calvo García-Benavides en la jornada organizada por Esade sobre la empresa familiar del siglo XXI.

Calvo, que prevé cerrar ejercicio con una facturación de 840 millones, ha defendido su apuesta por el programa de renovación de su proceso industrial, el llamado Calvo Excellence System. «Hoy te puede hacer paquete de tres cualquier fábrica, nosotros podremos hacerte de cuatro, de cinco o de seis, y si el cliente lo quiere triangular, lo haremos triangular», proclamó el consejero delegado.

Expansión por nuevos mercados

Los 840 millones de facturación supondrían para la compañía mantener el ritmo de los últimos años, elevando su cifra de negocio cerca de un 7% desde los 787 millones con los que cerró el pasado año y multiplicando por dos su volumen de ventas en la última década.

Mané Clavo aseguró que este es el objetivo de la compañía, «un crecimiento sostenible en el tiempo» de «un 6% o 7% cada año». Si bien matizó que las «107.000 toneladas» que comercializará este curso aumentarán en los próximos años con la entrada del grupo en nuevos mercados, que no reveló.

«Tenemos la ventaja de que sabemos adaptar nuestros productos a los consumidores de cada región», indicó el directivo. En la actualidad, Brasil es el primer mercado de la conservera gallega, acaparando casi la mitad de las ventas, seguido de Italia, España, Centroamérica y Argentina.

«Señas de identidad»

Por otro lado, el consejero delegado ha explicado que entre las claves del éxito de la conservera destaca la apuesta por las «marcas importantes», así como «por una cadena de valor eficiente y por unos principios propios».

En concreto, Mané Calvo, que se hizo cargo de la dirección en 2006, ha reconocido que una de la claves del éxito fue que le dejaron equivocarse y eso le dio confianza. «Esta es una de las características más distintivas de la empresa familiar, ha añadido. Aunque ya no estamos todos presentes en la estructura de la compañía, sí que se ha traspasado el sentimiento de pertenencia y esta es otra de nuestras señas de identidad», ha indicado.

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