Bruselas admite su fracaso en el rescate al sector lácteo

El comisario de Agricultura, Phil Hogan, dice que solo el 56% de los 420 millones aprobados en septiembre para ayudar a los ganaderos se han utilizado; la InLac se declara incapaz de promover los recortes a la producción en España

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El órgano encargado de promover la medida estrella de Bruselas para atajar la crisis de precios del sector lácteo se declara incapaz de hacerlo, mientras la Comisión Europea admite que los 420 millones que aprobó para el sector en septiembre no se utilizan. El plan de rescate a los productores hace aguas y no se acierta a divisar una solución en el horizonte.

El comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, ha culpado a los Estados miembros porque, según los datos que maneja Bruselas, únicamente han gastado el 56% de los 420 millones aprobados en septiembre, dentro del paquete total de 500 millones movilizados para atender las urgencias de los ganaderos, que el mismo día de la aprobación se manifestaban ante las sedes de las instituciones europeas.

Regañina a los Estados

«Un número significativo de Estados y regiones no han gastado el dinero. Es muy difícil buscar dinero adicional si algunos, incluyendo Francia, no lo han gastado», criticó Hogan sin ofrecer más solución que insistir en las mismas iniciativas y aumentar las partidas, recurriendo al fondo de reserva como una herramienta para «redistribuir pagos entre los ganaderos».

La propuesta no le gusta especialmente, pero no ve otra manera de reflotar la hoja de ruta trazada que tenía como medida estrella los acuerdos voluntarios entre ganaderos para reducir la producción. La iniciativa partió de la idea unánime en el Parlamento Europeo de que, si no se reducen los excedentes, no se recuperarán los precios.

El pinchazo de la bajada de producción

Sin embargo, la Interprofesional Láctea (InLac), el organismo encargado en España de promover estos acuerdos entre los ganaderos, se ha declarado incapaz de hacerlo. Según indica, la principal dificultad de esta medida es su carácter voluntario, ya que su eficacia depende de su aplicación en todos los países de la Unión Europea, especialmente en aquellos más excedentarios respecto al consumo de leche.
 
En este mismo sentido se pronunciaba Isabel Vilalba, Secretaria Xeral del Sindicato Labrego Galego, que intervino este miércoles en la Comisión de Agricultura. «Se non se aplica de xeito global en toda Europa, non temos garantía de que os excedentes dun territorio non cheguen a outro (…) Nós defendemos que se ten que facer en todo o mercado europeo e non de xeito lineal, senón respetando as producións de cada territorio, pois hai países que non cubren coa súa produción a demanda interna de leite», explica a este medio.

Un ejemplo claro de las disparidades sería Irlanda, que ha disparado su producción de leche en el último año, asegura.

InLac ha recomendado a las administraciones que exploren incentivos a la reducción de producción o que promuevan la jubilación anticipada de ganaderos, medidas que los Estados miembros no son favorables a aplicar por ellos mismos. 

Más bandazos

Vilalba apunta que no existe voluntad por parte de la industria española en buscar una solución y pone como ejemplo que solicitaran un dictamen de Competencia ante la nueva regulación europea que permitía los acuerdos entre los ganaderos para bajar la producción, medida que se configuró como una solución excepcional y temporal.

Ante el atasco, Bruselas estudia la posibilidad de ampliar los límites a las ayudas de ‘minimis’ hasta casi triplicarlos, permitiendo a los Estados inyectar en un mes el mismo importe que actualmente reparten en tres meses. Pero desde el sector se ve como un parche más mientras no se ajusten los excesos de volumen de leche que fluctúan por el mercado. 

Consenso en la crisis

El principal consenso en el Parlamento Europeo y también en la Comisión Europea es que el mercado comunitario atraviesa una crisis de precios que se manifiesta con enormes desigualdades en cada territorio. El precio medio, de 27,62 céntimos, se percibe con grandes disparidades. No sólo en Galicia, con granjas cobrando por la leche menos de 20 céntimos. Alemania aseguró que sus ganaderos cobran en un abanico que va desde los 18 céntimos hasta los 27 céntimos.

Las medidas aplicadas, por tanto, no resuelven la crisis. Y se han ejecutado muchas. El comisario europeo explicó que este mismo miércoles se alcanzó el volumen máximo de intervención pública a precio fijo para leche desnatada en polvo, que era de 218.000 toneladas, por lo que el Ejecutivo comunitario propondrá elevar de nuevo el «techo» hasta las 350.000 toneladas.

Constatación de un fracaso

Lidia Senra, eurodiputada de AGE, exigió que se tomen medidas de carácter obligatorio para ajustar la producción. Como ella o como Vilalba, el socialista José Blanco, ex ministro de Fomento, fue contundente: «Es la constatación de un fracaso. El sector languidece y miles de explotaciones en Galicia están en riesgo de cerrar», proclamó.

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