BQ dispara las alarmas tras el portazo de Movistar y Fnac

El único fabricante español de móviles afronta una crisis con la renuncia de uno de sus socios fundadores

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BQ, el único fabricante español de móviles, asaltó el cielo pocos años después de su fundación, en 2009. Pero los problemas de sobredimensión, unidos a la feroz competencia de los fabricantes chinos, han herido al hasta ahora único modelo de éxito español en el sector.

En su corta historia, BQ afronta una crisis sin precedentes. Movistar ha retirado de su catálogo a los móviles españoles, una decisión que ha sido secundada por Fnac, uno de los grandes socios del fabricante que ha dejado de incorporar sus nuevos modelos en sus productos de marca blanca.

Fnac había alcanzado un acuerdo con BQ para la venta de sus teléfonos de marca blanca que ofrecían una buena cantidad de prestaciones de dispositivos de alta gama pero con un precio mucho más bajo que el resto de móviles del mercado. Fue una de las primeras cadenas en apoyar al fabricante pero ahora ha dado la espalda a los nuevos teléfonos de BQ para sus productos conjuntos, aunque continúa vendiendo los dispositivos del fabricante en sus tiendas. 

Con el aval de ser el único teléfono marca España y un éxito arrollador en sus inicios, BQ instaló una modélica planta para dar un servicio premium a los teléfonos averiados, ubicada en Rivas-Vaciamadrid, en la periferia de la capital.

Pero, de repente, Movistar la ha expulsado de su catálogo y Fnac ya no fabricará sus teléfonos de marca blanca en sus fábricas. ¿Dónde ha quedado el brillo de la joven compañía?

Auge y declive

Con una participación del 7% en el mercado de la telefonía, BQ concibe y diseña los productos que fabrica en China con un equipo de unos 350 ingenieros, según explican los portavoces de l fabricante. Cada producto es desarrollado por grupos de entre 50 y 70 ingenieros que permiten cinco o seis lanzamientos al año de teléfonos, tabletas, libros electrónicos e impresoras 3D, que se producen en Navarra. 

Pero los costes en post-venta, es decir, las reparaciones que debe asumir la compañía por los fallos de los teléfonos, han consumido más recursos de lo esperado, según explican fuentes internas de la compañía que han solicitado mantenerse en el anonimato.

La nueva realidad ha obligado a BQ a frenar algunos de los proyectos de innovación que desarrollaba de la mano de importantes socios y clientes. «Se han dedicado a diseñar y fabricar teléfonos de bajo coste pero han desplegado un servicio técnico de alto coste. Pensaron que el crecimiento que lograron en su primera etapa estaba consolidado y el mercado les está quitando la razón», explica un directivo conocedor de la situación de la compañía. 

Tensión en la cúpula

Todo parece confabularse contra una compañía que también ha sufrido bajas en su cúpula. Uno de los fundadores y director del servicio de post-venta, Antonio Quirós, ha abandonado el proyecto recientemente, aunque continúa como consejero y socio, según ha confirmado BQ. Quirós es un directivo altamente valorado en las empresas del área y que construyó un servicio técnico modélico, según fuentes del sector. 

BQ se ha visto obligada a recortar puestos de trabajo este año con la intención de ir externalizando poco a poco el servicio de post-venta. «La idea es que las tiendas de barrio que reparen ordenadores también estén capacitadas para reparar algunas averías. Con este esquema estamos más cerca del cliente y nos ahorramos las 24 o 48 horas de envíos», explicó Rodrigo Prado, director general adjunto de la compañía a este diario en marzo pasado.  

Las dudas entre sus socios y clientes es si, en un mercado hostil, BQ tenga capacidad de recuperación. La compañía asume que el golpe de Movistar es perfectamente recuperable, aunque el revés de Fnac podría tener consecuencias mayores. Pese a ello, su principal vendedor, MediaMarkt, mantiene sus relaciones con la marca.

Por si fuera poco, los fabricantes chinos como Xiaomi y Huawei, que introducen modelos en el mercado por debajo del precio de coste de fabricación, están complicando los planes de recuperación del fabricante español. 

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