Blanco necesita 150 millones para esquivar la liquidación

La cadena recoloca a los empleados ante la imposibilidad de pagar despidos

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La precaria situación financiera de Blanco se agrava día tras día. Fuentes internas cifran la inyección de fondos necesaria para sacar a flote la empresa en una horquilla que oscila entre los 150 y los 200 millones de euros. Con la marca deteriorada y sin capacidad para comprar género nuevo, la única tabla de salvación pasa por obtener esta cuantía.

La firma dirigida por el fondo dubaití AC Modus sondea el mercado en busca de un inversor. Sin embargo, fuentes de la empresa reconocen que Blanco es un «pozo sin fondo» y dudan de la capacidad de los administradores para evitar la liquidación. «Tendrían que haber declarado un concurso de acreedores hace seis meses y se habría podido buscar una solución», apuntan.

Hasta el momento el único movimiento de la dirección de la cadena de moda ha sido evitar realizar desembolsos económicos. Esta austeridad llevó a Blanco a impagar a los proveedores y a los propietarios de numerosas tiendas, según indican fuentes sindicales, que vinculan la retirada del ERE a esta misma voluntad de ahorro.

Recolocar y readmitir antes que despedir

Sin despidos y con cada vez más tiendas cerradas, la política de recursos humanos del grupo ha consistido en recolocar empleados en los locales más cercanos a su domicilio o, en su defecto, ofrecerles un permiso retribuido. «Sale más barato que un despido improcedente», señalan las mismas fuentes.

Responde a la misma lógica la readmisión de Bernardo Blanco, hijo del fundador de la empresa, y de su esposa, Teresa Pérez, despedidos en septiembre de 2015. Después de que este lunes un juez declarara la nulidad de ambos despidos, la única alternativa a la readmisión pasaba por abonarles un total de medio millón de euros en salarios de tramitación, además de una indemnización por la misma cantidad. Este desembolso equivalía a las nóminas de un mes de todo el personal de Blanco, explican fuentes internas.

Las causas del declive

El ánimo entre los trabajadores e incluso entre cargos de responsabilidad es de indignación contra Fawaz Abdulaziz Al Hokair, el empresario saudí que compró la empresa en 2014. «El grupo Alhokair se dedica a las franquicias, pero ha sido incapaz de gestionar una matriz», señala un directivo de Blanco, que también apunta que la cadena vende productos por encima del precio de competidores como Zara.

«En el «retail» (distribución) es imprescindible llegar a tiempo con el producto adecuado», apunta el directivo. Si hasta junio el problema era un producto demasiado caro, desde entonces lo que falla en el modelo de negocio de Blanco es la falta de renovación del género. «Cualquier retraso tiene un impacto en las ventas», explica.

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