Biscuits Galicia: la galleta humilde que entró en Carrefour

A pesar de la crisis, esta Pyme pontevedresa ha conseguido colocar sus productos en grandes superficies en menos de 8 años

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El sector de la bollería industrial no pasa por su mejor momento, como casi nada en estos tiempos. La subida de los precios de las materias primas hace que los beneficios se reduzcan mientras que el consumo también cae. Esta situación, ha propiciado grandes sangrías en el sector. Uno de los ejemplos más claros está en Santiago, donde estos días se debate el futuro de la fábrica de Panrico. Sin embargo, algunas firmas han conseguido capear la crisis, y no precisamente las más grandes.

El mejor ejemplo está en O Porriño. Allí se encuentra la fábrica Biscuits Galicia, una pyme que nació de la tradición del negocio familiar, aunque para su expansión contó con capital de una conservera viguesa. Su nacimiento como tal al mercado tuvo lugar en 2005 y desde entonces su ascenso ha sido imparable.

Tan impable que menos de una década después de su crecimiento, esta pequeña empresa de O Porriño consiguió colocar sus galletas en las grandes superficies de toda España. Carrefour, Eroski y Alcampo. “Nuestras galletas funcionaron porque la gente las pidió. Ahora de hecho estamos en negociaciones para estar presentes en más superficies”, indican desde la factoría de O Porriño.

Aunque los números no son comparables con monstruos del sector, el ascenso es patente. En 2006 produjeron 2,1 millones de unidades de galletas. En 2011, esa cifra ascendió a 17,2.

Diversificación

¿El secreto? La gente que trabaja en Biscuits Galicia cree que la buena materia prima es fundamental, pero también lo es haber apostado por la diversificación en la producción. “Nosotros pensamos que era bueno probar en todos los canales. Empezamos trabajando para los canales de hostelería, en producción para cafeterías y colectividades para luego pasar al gran consumo de supermercados y tiendas de alimentación”, indican.

Su ascenso en los canales comerciales comenzó gracias a las galletas llamadas del peregrino, con forma de vieira, y que comenzaron a venderse en tiendas de Santiago como reclamo a los turistas.

Con unos precios asequibles, Biscuits Galicia supo hacer frente a la crisis. De hecho fue en el 2010, en plena recesión, cuando consiguieron dar el salto a los supermercados. Ahora, en 2012, presentes ya en 24 provicias de España, estudian planes de expansión.

“Hay que hacer las cosas despacio, pero somos conscientes de que esta crisis puede darte un revés en cualquier momento. Ya hemos visto lo que le está pasando a grandes empresas del sector”, explican con humildad desde la nueva factoría de O Porriño, abierta en 2011.

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