Bimbo admite problemas en España: la integración de Panrico hace aguas

El grupo alimentario mexicano lamenta “los retrasos” de los resultados procedentes de la compra del negocio de bollería de Panrico en 2015

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En su momento pareció una buena idea: la mexicana Bimbo se lanzó en 2015 a sus raíces catalanas y adquirió Panrico por 190 millones de euros. Cuatro años después, la empresa fundada por la familia Servitje ya ha tenido que inyectar casi 200 millones de euros a la filial española, que encima golpea el resultado de todo el conglomerado por “los retrasos producidos en la integración”.

En la presentación de resultados de 2018, la cotizada situó al mismo nivel “los retrasos de la integración en España” que la inflación en Estados Unidos y la difícil situación económica en Argentina Brasil. Un contratiempo más a una serie de zancadillas que comenzó cuando Competencia le obligó a deshacerse de la división de pan de molde y quedarse con la bollería, responsable de marcas como DonutsDonettes Bollycao.

No es la primera crítica desde las oficinas centrales a una operación que se firmó en 2015 por 190 millones de euros y que engloba el negocio de España PortugalEn el primer trimestre la empresa ya lamentó que el crecimiento orgánico se vio golpeado ​“por los retrasos relacionados con la integración en Iberia”.

Bimbo: «Es lógico que en una integración compleja se produzcan cambios en el calendario establecido»

Consultadas por Economía Digital, fuentes de Bimbo justifican que en un proceso «complejo como es una integración de estas dimensiones es lógico que puedan producirse cambios en el calendario inicialmente establecido». No obstante, defienden: «Esto no afecta a la marcha del procedimiento, que avanza según lo previsto».

El tirón de orejas del conglomerado presidido por Daniel Servitje a Fernando Lerdo de Tejada Servitje, nieto del fundador del grupo y director de la filial española, también afecta al negocio por el «débil desempeño de la categoría de pan dulce». La crítica también se produjo al cierre del tercer trimestre por el flojo rendimiento de la división de dulces.

Pero no todo son malas noticias para la multinacional. En España, el pan de molde impulsó el crecimiento del 10,2% de la región de Europa y Asia. Además, gracias a la adquisición de Panrico, Bimba ya comienza a introducir la marca Donuts en México, un desembarco que comenzó con buen pie en 2018.

El agujero de la filial ibérica de Bimbo

El peso de la división de dulces provoca que la filial española de la multinacional acumule pérdidas de 236 millones de euros en los últimos tres años. En 2017, la compañía se dejó 59 millones de euros, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Por ello, el grupo americano ya ha inyectado casi 200 millones en dos años con tal de mantener a flote la sociedad.

La atonía de las ventas se deja ver en el día a día de la empresa. Fuentes internas se duelen a Economía Digital de la baja actividad de las plantas heredadas de Panrico, dedicadas a la bollería. «Prácticamente todas están por debajo del 50% de su capacidad, y a pesar de que prometen nuevos productos la situación no mejora desde hace meses», dicen.

Las mismas voces ejemplifican los problemas con la fábrica de Santa Perpétua de la Mogoda (Barcelona). La instalación funciona a menos de la mitad de su potencial. La línea de Donuts funciona a dos turnos y deja uno libre, la de Bollycaos está ocupada a un solo turno y deja libre otros dos y la de Donettes no cubre ni la totalidad de un servicio, dejando más de dos huecos sin actividad.

Eso sí, “por el momento no está previsto el cierre inmediato de ninguna fábrica”, explican. Una muestra de la aparente firmeza en la apuesta española es que en los últimos meses se ha llegado a un acuerdo –a la baja– para aprobar el convenio colectivo de todas las plantas. 

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