Barreras, a dos velas: suma más de dos años sin atar nuevos buques

Su margen de resistencia se aproximará al límite el próximo septiembre con la botadura del flotel de Pemex

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Ningún contrato nuevo a la vista en el radar de Hijos de J. Barreras. El astillero gallego rebasará en breve el umbral de los 15 meses sin contar con otro encargo en vigor que el que ya tiene entre manos: el flotel para la petrolera Pemex, que es su accionista mayoritaria desde el pasado mes diciembre de 2013 tras adquirir el 51% del capital social.

Los trabajos en este barco-hotel de 131 metros de eslora y gran tonelaje (con 155 millones de euros de presupuesto), que se empleará en dar servicio a las plataformas petrolíferas y de gas offshore, avanzan a buen ritmo, de tal forma que se prevé su salida de la grada del astillero en septiembre de este año, tras haberse iniciado su montaje en febrero de 2014.

Por el contrario, todos los posibles encargos del astillero gallego anunciados hasta la fecha, de al menos cinco compañías y ramas de actividad distintas (incluida la propia Pemex), esperan en las mesas de los despachos o directamente han ido a la papelera. Los anuncios del supply para Diavaz y del atunero congelador para la firma mexicana Procesa, un modelo de buque que hizo mundialmente famoso a la empresa de construcción naval, ya no figuran entre los más candidatos firmes a subirse a las imadas de Barreras.

Competencia

Fuentes del sector naval señalaron a este medio que incluso podría perderse este pedido del buque pesquero, cuantificado en unos 20 millones de euros y con una eslora de 79,5 metros, en favor de otra empresa que ya compite a cara de perro con la firma que preside José García Costas por otros proyectos de gran envergadura.

Entre los planes a la vista estaba el de la pareja de ferris que pretende construir una naviera pública del archipiélago de las Azores, el territorio de ultramar bajo soberanía portuguesa. La firma Atlánticoline ha vuelto a reactivar, tras cancelarlo a finales del año pasado, un doble contrato para construir una pareja de unidades gemelas que den servicio a las conexiones entre sus numerosas islas.

Némesis

Las autoridades azorianas decidieron hace unos meses que el pedido se paralizaría hasta 2017. El nuevo encargo, igual que el anterior, se eleva a 85 millones de euros, y a él aspiraban los astilleros Barreras y Armón, con sede en Asturias pero con grandes activos en Galicia. Esta compañía se ha convertido en los últimos años en su auténtico némesis en diferentes concursos públicos.

El contrato de mayor tonelaje sería para el Gobierno argelino, a través de Algérie Ferri, con un nave de unos 200 metros de eslora, la mayor de las construidas hasta la fecha. Barreras se especializó durante buena parte de la década pasada -en la que llegó a facturar hasta 440 millones de euros- en la construcción de ferris de pasajeros y vehículos.

Casilla de salida

La naviera canaria Armas encargó al astillero vigués la renovación de la casi totalidad de su flota (su serie Volcán), pero además en sus gradas se construyeron buques para Balearia y navieras francesas. Precisamente, el último buque construido por Barreras antes del proceso concursal, de su posterior adquisición por Pemex y del encargo del propio flotel fue el Volcán de Tinamar para Armas. Entre ambas fechas pasaron tres años.

Si el astillero vigués se encuentra en un momento particularmente álgido de producción del flotel, que irá incrementándose hasta el verano, a nivel productivo global su posición es en el pico de un diente de sierra. Las tareas de construcción en seco del flotel de Pemex se darán por concluidas a final del verano. Con la botadura de la nave mexicana, no hay reemplazo para subir a las gradas, que es el principal activo de una empresa de construcción naval.

Julio de 2016

El resto de trabajos, una vez que el buque repose en el mar en septiembre, y hasta julio de 2016, son de terminación del armamento, pintado y equipamiento naval, donde el trabajo efectivo de las empresas auxiliares locales disminuye notablemente sobre las primeras fases de trabajos vinculados al corte de chapa, la puesta de quilla y el ensamblaje de las piezas.

Barreras, que fue reiteradamente el mayor astillero privado de España durante en el mejor momento de la industria naval española de los últimos 30 años, acabó en concurso de acreedores con una deuda de 74 millones de euros, en tan solo un año. En su caída en 2011 arrastró a numerosas empresas auxiliares, muchas de las cuales han renacido y vuelven a trabajar en las instalaciones. El juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, declaró cumplido íntegramente el convenio con los acreedores el pasado julio, tras haber sido aprobado por sentencia del mismo órgano jurisdiccional en septiembre de 2012.

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