Balón de oxígeno de Xesgalicia a Arias Infraestructuras
El Igape concede un préstamo participativo de un millón de euros a la constructora Arias, cuyos socios se comprometen a no repartir dividendos hasta 2023
Arias Infraestructuras cuenta con red para afrontar la crisis derivada del Covid-19 y, de paso, reforzar su estructura patrimonial. La constructora coruñesa, primero de la familia Arias, después del empresario Ildefonso Rodríguez, ya fallecido, y gestionada actualmente por dos socios, Mario Barcenilla y Antonio José Aranzadi, tiene el respaldo del Igape para encarrilar el año.
Varios son los movimientos que ha realizado la compañía este mismo año. En febrero formaliza en escritura pública, con el objetivo de fortalecer su patrimonio, una ampliación de capital mediante aportaciones dinerarias por un importe de 100.000 euros. Fue la antesala de la operación firmada con Xesgalicia ese mismo mes. El brazo financiero del Igape concedía a Arias Infraestructuras un préstamo participativo por importe de un millón de euros.
Un préstamo por tramos
De acuerdo con la memoria que acompaña a las cuentas de Arias, la mitad de dicho importe fue desembolsado de forma inmediata en el mismo mes de febrero por Xesgalicia. El otro 50% quedó condicionado a que la compañía acreditara el refuerzo de los fondos propios por un importe adicional de 500.000 euros.
«Creemos que este último requisito se entiende cumplido con los resultados que estamos formulando del ejercicio 2019 y que quedarán acreditados con el preceptivo informe de auditoría». Esos resultados recortan los ingresos de la constructora casi a la mitad, pero se mantiene el beneficio en positivo. Existe, además, un compromiso formal de los socios de no repartir dividendos, al menos hasta el segundo semestre de 2023.
Impacto del Covid-19
Los socios de Arias explican que el estado de alarma como consecuencia del impacto del Covid-19 generará en el segundo semestre del ejercicio 2020 un déficit máximo de tesorería de 2,7 millones de euros. Esta dificultad financiera se revertirá, dicen, a través del diferimiento de las cuotas de Seguridad Social autorizadas, por el préstamo participativo adicional de Xesgalicia por ese medio millón de euros y por préstamos ICO garantizados al 80%.
«Nuestra empresa constructora no dejará sustancialmente de perder ventas ya que los contratos tanto con la Administración como con particulares siguen vivos y lo que se produce realmente es una paralización que en nuestro caso es de sólo ocho días», explican en alusión al estado de alarma. «Más que impacto patrimonial, lo que se produce es una ruptura del ciclo de caja, debido al retraso de la facturación provocado por la paralización de la actividad en un momento en que la empresa cuenta a cierre del 2019 con un fondo de maniobra negativo de 6,5 millones de euros», que arrastra de años anteriores.
Caída de ventas y menos beneficio
Durante el año pasado, el importe neto de la cifra de negocios de Arias se situó en 21 millones de euros, un fuerte descenso de ingresos, que caen casi a la mitad si se tiene en cuenta que en 2018 había facturado 39,1 millones. De ese importe, 5,2 millones correspondían a la finalización del contrato de una polémica obra en Bolivia.
Arias abandona así la actividad internacional, «centrándonos solo en Galicia, con la aplicación de un criterio más selectivo en la contratación, buscando mejorar la rentabilidad frente al importe de la cifra de negocios, tal y como planteamos en nuestro plan de negocio».
El resultado antes de impuestos ascendió a un millón de euros, lo que supone unos 600.000 euros menos en comparación con el de 2018. Este empeoramiento es consecuencia, dicen ambos socios, tanto de la caída de la cifra de negocio como de una operación de dación en pago que tuvo lugar en el primer semestre del 2019. El beneficio neto de Arias Infraestructuras se situó en 897.000 euros el año pasado, con una sensible caída sobre los 1,4 millones de ganancia neta de 2018.
