Azores retrasa a 2017 los ferris a los que optan Barreras y Armón

La naviera pública Atlânticoline decide abrir la convocatoria del contrato a más astilleros para lograr un precio de construcción más bajo

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El Gobierno regional de Azores ha ordenado retrasar el tortuoso proceso de construcción de dos nuevos buques ferri por importe de 85 millones de euros. El futuro contrato de la naviera pública Atânticoline prevé demorar hasta 2017 la puesta en funcionamiento de la pareja de barcos, según pudo saber este medio de fuentes solventes. Se trata de dos buques gemelos de 115 metros de eslora y con capacidad para 650 personas y 150 vehículos. En la anterior convocatoria de este doble pedido, que fue anulada definitivamente en noviembre pasado, habían quedado como finalistas el astillero gallego H.J. Barreras y el asturiano Armón, con una factoría naval en Vigo.

El nuevo concurso público, que presumiblemente tendría que reactivarse en breve, mantendrá prácticamente las mismas características técnicas que el anterior, que ya había sido objeto de suspensión -y posterior anulación- por dos veces a lo largo de 2014. Pero, por el contrario, lejos de no hacerse, la armadora ha ampliado su espectro industrial en referencia a nuevos astilleros que podrían presentar ofertas competitivas, algunos de los cuales estaban hasta ese momento saturados por otros pedidos, dejando la opción de Atlânticoline inatendida.

Nueva entrega

La decisión de reeditar la convocatoria ya estaría tomada por parte de la naviera pública azoriana, pero falta su concreción en el pliego de condiciones y la preceptiva oferta internacional. El retraso en la obra es ya un hecho sobre la planificación prevista originalmente. Y más aún con la lentitud de los planes de nuevo en marcha. Los directivos de la naviera pública lusa exigirán que los buques deban entregarse, desde que se firme el documento contractual en 560 y 640 días, el primero y el segundo de los ferris, respectivamente.

El proceso para la contratación de dos nuevos barcos para Azores, que harán la ruta entre las distintas islas que conforman el archipiélago, no ha resultado fácil. Antes al contrario, ha sido una prueba para nervios bien templados. Los notables retrasos –y, finalmente, posteriores anulaciones- a la hora de decidir el ganador del concurso, la ya arraigada indecisión por parte de las propias autoridades de Azores en este punto, así como el embrollo con el dinero para financiar el proyecto (la UE costea en torno al 85% de la obra con cargo a fondos Feder), han salpicado un proyecto que, en realidad, era sencillo. Y más aún para cualquiera de los dos astilleros finalistas.

Nuevas ofertas

En la práctica, y revestido por la legalidad, se trataría con este nuevo concurso, según la versión conocida por Economía Digital, de localizar ofertas más baratas que las ofrecidas por los dos astilleros citados. H.J. Barreras y Armón resultaron finalistas (y favoritos) en el concurso público planteado por las autoridades del archipiélago portugués. Un tercero en la fase final era el astillero noruego Fiskerstrand Verft AS. Barreras había ofrecido 81,2 millones de euros por las dos naves; Armón, 85 millones, y la firma escandinava, 109 por ambos ferris.

El efecto combinado de los no cortos plazos de construcción y la entrada de nuevos competidores en círculo de competencia del proyecto, alejan el pedido de las Azores de los radares de posibles contratos de los dos astilleros anteriormente finalistas. En el caso concreto de H.J Barreras, el tropiezo puede unirse al reciente golpe encajado por el astillero que preside José García Costas (bajo la propiedad del 51% de Pemex), puesto que también parece alejarse de su órbita el megaferri que se esperaba construir para la naviera argelina Algérie Feries. Se trataba de un buque con capacidad para 2.000 pasajeros y 700 vehículos, presupuestado en 122 millones de euros.

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