Así lavaron su imagen las multinacionales de la moda tras la tragedia de Bangladesh

El primer pacto por la seguridad en Bangladesh, firmado tras el derrumbe en Rana Plaza, se salda con 200 fábricas cerradas y 1.600 inspecciones

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En abril de 2013, un edificio de ocho plantas de Savar se derrumbaba provocando la muerte de más de un millar de trabajadores, en lo que los sindicatos definieron como “un homicidio industrial”. La tragedia de Rana Plaza destapó las miserias de la industria de la moda, que se puso manos a la obra y firmó en las semanas siguientes, el 15 de mayo, un pacto para garantizar las condiciones de seguridad en sus proveedores.

Entre los firmantes estaban las españolas El Corte Inglés, Mayoral, Mango o Inditex (que no tenía a ningún proveedor afectado por el derrumbe en Rana Plaza) así como O’Neill, H&M, Benetton, C&A, Carrefour o Aldi, entre un total de 180 marcas. En definitiva, las multinacionales que tenían a Bangladesh, la gran fábrica mundial de la moda, en su cadena de suministro y que vieron destapadas sus vergüenzas en la tragedia.

Cinco años de inspecciones en Bangladesh

Aquel acuerdo (Accord on fire and building safety in Bangladesh), que se sumó a otras medidas como las aportaciones dinerarias que hicieron Inditex, Mango o El Corte Inglés para compensar a las víctimas, se firmó por cinco años, siendo jurídicamente vinculante hasta mayo de este año. ¿Cuál es el balance de las medidas adoptadas?

El último informe publicado indica que, en el marco del acuerdo, se realizaron 1.545 inspecciones hasta abril, entre las 1.677 fábricas que abarca el pacto, todas ellas proveedoras de las multinacionales firmantes. En conjunto, emplean a cerca de dos millones de trabajadores.

Las marcas se comprometieron a explicitar su red de suministro en el país asiático y a remitir informes mensuales sobre el resultado de las auditorías y las medidas de corrección. El resultado no siempre fue exitoso. De hecho, 188 factorías acabaron cerradas por la inseguridad de sus instalaciones.

En nueve de cada diez fábricas hubo que implantar mejoras

En el 95% de los casos hubo que implantar medidas adicionales de seguridad, normalmente eliminar puertas que bloqueaban una salida de emergencia, mientras que menos de 200 (apenas el 13%) lograron la capacitación Accord, el certificado de que cumple los estándares exigidos en el acuerdo, en el que participan dos sindicatos globales, IGU y UNI, ocho sindicatos de Bangladesh y cuatro ONGs.

Aunque el balance es positivo, pues se dan por solventados cerca del 84% de los problemas de seguridad detectados y la totalidad de los problemas estructurales que pudieran propiciar un nuevo derrumbe, la operativa no fue perfecta. Un centenar de proveedores, destacaba CC.OO. en un informe de enero de este año, rechazaron implementar las medidas de seguridad exigidas, por lo que las multinacionales están obligadas a excluirlos de su cadena de suministro.

El acuerdo se ha renovado este 2018, un pacto de nuevo “jurídicamente vinculante” que prolongará las inspecciones hasta 2021. Mientras tanto, Bangladesh sigue consolidándose como la fábrica mundial de la moda. En el último ejercicio, cerrado en julio, las exportaciones de la industria textil alcanzaron los 26.754 millones de euros, un 8% más que en el año anterior.

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