ArcelorMittal defiende que la planta que vendió a Megasa es un ‘chollo’

Con la operación, pendiente del visto bueno de Competencia, la firma gallega amplía mercados, capacidad, pero sobre todo gana un activo eficiente y que le aporta beneficios desde el primer día

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El pasado 28 de julio, ArcelorMittal informaba del acuerdo alcanzado con Megasa –la siderúrgica gallega en manos de la familia Freire– para hacerse con la planta de productos largos de la multinacional en Zaragoza, una operación que, a la vista de la descripción que la compañía hace de la factoría, se presenta como un auténtico chollo.

La planta, que se trasladó a su actual ubicación en el año 2007 y que según fuentes de la multinacional se hizo «prácticamente nueva», es una instalación moderna que genera beneficios y resulta rentable para el grupo, así que lo único que tendrá que hacer Megasa cuando tome el control –la operación está pendiente del visto bueno de Competencia– será asumir los costes de mantenimiento.

Más oferta

Así pues, la firma gallega no tendrá que realizar en principio ninguna inversión. Es mas, el pasado mes de febrero culminó la última mejora emprendida por ArcelorMittal, una actuación «de varios millones de euros» que consistió en la instalación de un segundo enfriadero de palanquilla para poder alimentar de forma más eficiente los hornos de calentamiento de los trenes de laminación.

La adquisición de la fábrica zaragozana también permitirá a Megasa ampliar su catálogo comercial incluyendo productos laminados –hasta ahora solo ofrece corrugado–, así como beneficiarse de los conocimientos y mejoras implementadas por ArcelorMittal durante todos estos años de actividad.

Oportunidad de oro

La secretaria general de Industria de CCOO en Aragón, Ana Sánchez, coincide en destacar la rentabilidad de la planta y apunta que, «de no ser por el problema de liquidez, dudo que Arcelor hubiese vendido». No obstante, los motivos que esgrime la multinacional son bien distintos.

Augustine Kochuparampil, CEO de ArcelorMittal Europa-Productos Largos, justificó en su día la venta alegando que la factoría «ya no se ajusta a la estrategia a largo plazo», más enfocada a la fabricación de productos de alto valor añadido. «Es una planta pequeña que produce productos comerciales que se pueden encontrar en otras factorías del grupo en Europa», puntualizan desde la compañía. En cualquier caso, Megasa ha sabido atacar en el momento preciso.

Preocupación por la plantilla

Pero no todo es color de rosas. Al igual que sucede con sus factorías actuales, Megasa se encontrará en Zaragoza con su principal mercado, el de la construcción, en horas bajas, así como con las dificultades por el precio de la energía eléctrica y la chatarra. También con una producción de corrugado duplicada, aunque fuentes conocedoras de la operación matizan que los negocios no tienen por qué solaparse.

Otra de las cuestiones que preocupan a los sindicatos es la de la plantilla. Ana Sánchez anuncia que ya han solicitado una reunión con la dirección Megasa para conocer sus planes de futuro, que se producirá «previsiblemente en septiembre». De momento ArcelorMittal les ha trasladado que el acuerdo contempla la compra de la planta con todos los acuerdos adquiridos hasta la fecha, como el convenio colectivo de dos años de duración, y con toda la plantilla, que se subrogará a Megasa y que al menos durante un año tendrá que mantenerse invariable.

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