Applus guarda 15 millones para hacerse con el 100% de las ITV gallegas

La compañía, que adquirió el 80% de Supervisión y Control en 2017, se reservó una opción de compra sobre el 20% restante a partir de 2022

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Applus ha celebrado el primer ejercicio completo con las ITV gallegas bajo su control con un incremento de ingresos y beneficios, que ha llevado al grupo hasta una cifra de negocio de 1.675 millones –un 6% más– y unas ganancias de 41,2 millones, casi un 16% superiores a las del año anterior. El grupo que nació del proceso de diversificación de Agbar y cuyo accionariado está dominado por fondos internacionales, compró Supervisión y Control a Amador de Castro y la familia Campo por 89 millones.

El traspaso se hizo por el 80% de Inversiones Finisterre, el holding que controla a la concesionaria de las ITV gallegas. Como se anunció entonces, Applus se reservó una opción de compra por el 20% restante a partir de julio de 2022, sujeta a que “se produzcan determinados eventos”. La compañía ha puesto precio a esa participación que le falta.

Según relata en su memoria, el grupo que capitanea Fernando Basabe “registró un pasivo por el valor actual del importe estimado de dicha opción de compra”, que asciende a cierre de ejercicio a 14,7 millones, lo que supondría culminar la operación de compra de Supervisión y Control por 104 millones. Este importe es el “valor actual”, pues se va actualizando cada año, hasta que en 2022 Applus decida si ejerce o no la opción de compra.

Muy poco después, en diciembre de 2023, expira la concesión de las ITV gallegas, sin embargo, el contrato permite renovarla en periodos de cuatro años hasta 2037.

El rentable negocio de inspeccionar vehículos

Aunque la compañía no ofrece datos desagregados sobre el resultado de Supervisión y Control, el negocio de la inspección de vehículos en Galicia ha sido hasta la fecha de lo más rentable. En 2017 generó unos ingresos de 75,1 millones y unos beneficios de 8,5 millones. En este balance se incluye Riteve, otra pata de Inversiones Finisterre para la inspección de vehículos en Costa Rica.

La aportación de la empresa que vendieron Amador de Castro y la familia Campo en 2018 solo puede por el momento rastrearse en el crecimiento de la división  Automotive de Applus, la dedicada a las inspecciones. Alcanzó unos ingresos de 371,3 millones, un 19,5% más –25,8% a tipo constante– y un resultado operativo de 82,9 millones, un 41% más –49% a tipo constante–.

El grupo gestiona 30 programas de inspección de vehículos repartidos por España, Irlanda, Dinamarca, Finlandia, Estados Unidos, Argentina, Chile, Costa Rica, Uruguay, Ecuador y Andorra. En 2018 pasaron por sus centros 16 millones de vehículos.

Dividendo de 12,2 millones para los socios gallegos

En las condiciones acordadas para la venta de las ITV gallegas estaba también un compromiso de venta de activos. Amador de Castro y la familia Campo estaban traspasando una parte del negocio de las inspecciones que controlaba Supervisión y Control en Argentina. Este medio consultó el miércoles con Applus para conocer si se había realizado la venta, pero no obtuvo respuesta.

En todo caso, la memoria del grupo especifica que en mayo de 2018 se cumplió lo acordado y se procedió a la venta de los activos, sin especificar cuáles. El importe de la operación, 12,2 millones, fue a parar a los socios gallegos de Supervisión y Control a través de dividendos.

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