Antón Arias se la juega con una reforma a fondo de la patronal

El nuevo presidente de la CEG, que continúa fracturada, pretende mantener las oficinas en el exterior, modificar los estatutos y continuar con el litigo contra el Igape

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Antón Arias es el nuevo presidente de los empresarios gallegos. Obtuvo 100 votos a favor y 64 en contra en la Asamblea Xeral celebrada este viernes, que le deparó un rechazo mayor al que había tenido José Manuel Fernández Alvariño en 2013, cuando sumó 53 papeletas en contra. Ourense y Pontevedra mantuvieron el voto negativo, que volvió a poner en evidencia las tensiones internas de la institución.

El nuevo presidente realizó un discurso conciliador y reformista. Es casi inevitable el paralelismo con Alvariño. Ambos se presentaron como únicos candidatos a la presidencia y recibieron numerosos votos de rechazo. Ambos demandaron unión y propusieron una reforma de los estatutos. Ambos dejaron el cargo que ocupaban, Alvariño como presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra y Antón Arias como vicepresidente de la Confederación de Empresarios de A Coruña.

Reforma de los estatutos

La reforma estatutaria está desde hace años sobre la mesa de la CEG, institución que no transparenta cuentas, contratos o estatutos; que no ha logrado un consenso sobre la representatividad que debe tener cada provincia; y que carece de una norma útil sobre la compatibilidad de cargos.

Antón Arias llega con vocación modernizadora y dejó claro que hay que abrir paso a «una nueva patronal». Para ello necesita que Pontevedra y Ourense se adhieran al proyecto, pues la reforma estatutaria requiere de una mayoría cualificada. «Estoy convencido de que se van a sumar. Saben la necesidad de ese cambio de estatutos», afirmó Arias, que se comprometió a ser «el presidente de todos».

Viabilidad económica

Alvariño no fue capaz de acometer la reforma. Y para Arias no será el primer asunto en la agenda. Antes debe cerrar la nueva hipoteca sobre la sede de la patronal, el mecanismo que ha trazado la institución para asegurar su viabilidad económica. Las negociaciones con la banca están avanzadas, pero las entidades financieras habían solicitado unidad para trazar la hoja de ruta de la CEG que garantizase su sostenibilidad.

Recuperar el consenso es quizá la tarea más complicada para Arias, que tiene a Ourense totalmente en contra, y a Pontevedra, cuando menos, enfadada, por la maniobra de los empresarios coruñeses al proponerlo como candidato.

Arias se comprometió a que, una vez encauzada la reforma estatutaria y asegurada la viabilidad de la CEG, abrirá un nuevo proceso electoral. La segunda es una tarea urgente, pero la primera se demorará con facilidad durante años.

Red exterior y demanda contra la Xunta

La otra tarea inmediata para Arias es la renovación de la red de oficinas en el exterior, el Pexga, un programa que está financiado por el Igape. El convenio finalizó el 31 de diciembre sin que la patronal lo renovara, al encontrarse en proceso electoral. El nuevo presidente confirmó que optará por mantener el programa, que supone más de la mitad de los ingresos de la CEG. Otra vez coincide con Alvariño, que lo primero que hizo al llegar a la patronal fue negociar la renovación y las condiciones del Pexga.

Vinculado a este programa, la patronal había presentado un recurso ante la Xunta, que se niega a abonar 650.000 euros en facturas de las oficinas que considera injustificadas. Una vez rechazadas las alegaciones, todo hace indicar que Arias abogará por iniciar un contencioso con el Gobierno gallego.

Antonio Fontenla y los empresarios de A Coruña siempre han sido partidarios de mantener el programa y de litigar con la Xunta. Arias aseguró que el contencioso no tiene por qué dañar la relación entre el Gobierno gallego y la Confederación de Empresarios de Galicia. 

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