Alvariño salvó su grupo al traspasar el ladrillo a una empresa de su padre que acabó en concurso

El presidente de la patronal gallega segregó pasivo y deudas de su holding por 33 millones a una promotora que creó en 2011, con su padre como administrador único, y que en dos años suspendió pagos y fue liquidada

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Los concursos de acreedores golpearon al anterior y al actual presidente de la patronal gallega. Aunque ambas suspensiones de pagos estuvieron relacionadas con el ladrillo, los procesos se ejecutaron de forma muy diferente. Y en el caso del actual titular de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), José Manuel Fernández Alvariño, con una discreta fórmula que permitió blindar su grupo de empresas. La mecánica: segregar el negocio inmobiliario del grupo, con un pasivo de 33 millones de euros, a una sociedad de nueva creación, con su padre al frente en calidad de administrador único, que algo más de un año y medio después presentaría concurso de acreedores y acabaría en liquidación.

Alvariño Inversiones, el holding del presidente de la patronal, acordó escindir y segregar la rama inmobiliaria de su actividad en abril de 2011 y destinar ese negocio a una sociedad de nueva constitución, denominada Promociones Atlánticas Sextante SL. A esa firma se traspasaron activos con un valor contable de 12,3 millones de euros y, lo que resultaría clave para el grupo, pasivos y deudas por importe de 33 millones, que varias fuentes relacionan con hipotecas sobre naves industriales financiadas en su día por Caixanova.

Un administrador nonagenario

Al frente de Promociones Atlánticas Sextante, en calidad de administrador único, se situaría el padre del actual presidente de la patronal, Salvador Fernández Troncoso, que en ese momento contaba con 95 años. Fernández Troncoso, fundador del grupo de empresas que gestiona actualmente su hijo, falleció el año pasado, a la edad de 98 años. A él se le considera y reconoce en Vigo como el artífice del holding familiar y destacado emprendedor.

En junio de 2011, según los datos a los que ha tenido acceso Economía Digital, comienza sus operaciones la nueva inmobiliaria, con el pasivo de los 33 millones ya traspasado. El capital social era de 60.000 euros.  Dos años después, en septiembre de 2013, la promotora presenta concurso voluntario de acreedores en el Juzgado de lo Mercantil número tres de Pontevedra, cuyo titular es  José María Blanco Saralegui.

Un concurso meteórico

Con la presentación del concurso por parte del grupo, las funciones de administración del padre de Fernández Alvariño fueron suspendidas, y el juez Blanco Saralegui decidió nombrar como administrador concursal de Promociones Atlánticas Sextante a Manuel Sánchez Rodríguez, de acuerdo con las resoluciones judiciales a las que ha tenido acceso Economía Digital.

El de Promociones Atlánticas Sextante, desde su nacimiento con un grave desequilibrio en su balance, fue un concurso rápido, casi meteórico. Ese mismo mes de septiembre de 2013 el juez decide dictar un auto por el que se abre la fase de liquidación de la promotora.

Saneamiento del grupo

En noviembre se aprueba el plan de liquidación de la inmobiliaria por parte del titular del Juzgado de lo Mercantil número tres, pero no sería hasta enero de 2014 cuando se publica el auto de conclusión del concurso y se determina la extinción de Promociones Atlánticas Sextante. En total desde la presentación de la suspensión de pagos, cinco meses.

El motivo oficial reconocido por el titular del juzgado para proceder a la liquidación de la empresa de los Alvariño fue la «inexistencia de bienes» para responder ante sus acreedores. Alvariño Inversiones, tras acusar más de 10,6 millones de pérdidas en 2013, relacionadas según el grupo con el negocio inmobiliario, mejoró si situación financiera en 2014, de acuerdo con fuentes cercanas al grupo. Y, sobre todo, logró sanearse.

Desde el entorno de Fernández Alvariño, consultado al respecto por Economía Digital, se inscribe la suspensión de pagos y liquidación de Promociones Atlánticas Sextante dentro de un proceso de saneamiento, en el peor momento de la crisis económica, que el grupo ha logrado superar mediante la segregación de activos y afrontar sin lastre el inicio de la recuperación. Así, resumen las mismas fuentes, se logró pasar el Rubicón.

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