Alvariño no piensa dimitir: «Todo marcha en armonía»

El presidente de la patronal advierte a los críticos que la CEG es más importante que él "o que otros nombres"

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«Allá cada uno con su responsabilidad». Así zanja José Manuel Fernández Alvariño la tormenta que azota la patronal y que tiene como epicentro a su propia figura. Los anuncios de una revuelta para sacarlo de la presidencia de la CEG con los apoyos de las patronales de A Coruña, Lugo y varias sectoriales de Vigo, no ha cambiado demasiado el discurso del empresario vigués.

A pesar de estar tocado, aunque no lo reconozca, Alvariño ha asegurado que, «por supuesto», no piensa dimitir y que no le consta la entrada en la CEG de ninguna moción contra él. El plan de los críticos, de hecho, no era realizar una moción de censura, pues no está recogida esa figura en los estatutos de la patronal, sino forzar la convocatoria de una asamblea extraordinaria para reprobar la gestión del presidente. Se iba a presentar el viernes pasado un escrito en este sentido, pero los críticos aplazaron el golpe. «Allá cada uno con su responsabilidad», dice el presidente. «La CEG es mucho más importante que Alvariño o que otros nombres», insistió en declaraciones previas a participar en Vigo en la constitución y primera reunión del comité ejecutivo de Navalia

El presidente de la CEG ha rizado el rizo: «Todo marcha en armonía. Yo sigo trabajando con la idea muy clara de la representatividad empresarial», apuntó pese a la guerra interna que ha obstaculizado su gestión desde poco después de poner el pie en la patronal. La preocupación que expresa Alvariño, en todo caso, es común a muchos empresarios, que entienden que la batalla interna está perjudicando la imagen de la CEG y, en consecuencia, la representatividad de la institución de los empresarios. 

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