Altia prohíbe a directivos y plantilla recibir regalos de más de 250 euros

La compañía se faculta para llevar un registro de los obsequios que reciben sus trabajadores y proveedores

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Mientras la Fiscalía gallega insiste en la necesidad de crear una «unidad de expertos» para combatir la corrupción, las grandes empresas gallegas van haciendo camino por su cuenta. La política interna de Inditex, por ejemplo, prohíbe a los trabajadores recibir o hacer regalos de más de 100 euros. Otra empresa gallega, de menores dimensiones pero con un crecimiento espectacular, también ha puesto bajo lupa el comportamiento de sus directivos, empleados y proveedores.

Altia, la empresa que dirige el presidente del Deportivo, Tino Fernández, acaba de publicar en su página web la memoria de sostenibilidad correspondiente al ejercicio 2013 en la que figura su código ético y su «política anticorrupción», que es extensible a prácticamente todo aquel que mantenga relaciones comerciales con la empresa con sede en As Xubias. El marco general es casi obvio, pues prohíbe actividades que puedan plantear un conflicto de intereses o percibir sobornos, lo que ya constituye un delito. Pero incluye algunas particularidades.

Los regalos ‘de cortesía’ a trabajadores y directivos

El código interno hace especial hincapié en los regalos. Admite que empleados y directivos puedan realizar o recibir obsequios «de cortesía» pero fija límites. Los regalos de propaganda no pueden superar los 50 euros y las invitaciones a determinados eventos no deben rebasar el valor de 100 euros.

Tampoco vale recibir o dar obsequios en cualquier circunstancia. La política anticorrupción de la empresa establece que deben estar motivados por «circunstancias excepcionales», como pueda ser la Navidad, y que el importe no supere los 250 euros.

«Toda invitación, dádiva o regalo que supere los límites establecidos deberá ser puesta en conocimiento del superior inmediato. El Departamento de Administración llevará un registro de todos estos supuestos, guardándose durante un período mínimo de cinco años», dice el código.

Ata en corto a los proveedores

Pero la vigilancia es mayor si cabe para los proveedores de la tecnológica ya que la compañía se faculta para realizar evaluaciones y comprobar que cumplen su código ético. También los obliga a conservar la documentación relativa a sus contratos con Altia durante 5 años y darle acceso a ella siempre que se lo solicite. En caso de que existan «sospechas fundadas» de que puedan haber incurrido en un caso de corrupción la compañía podría acceder de manera inmediata a los documentos, sin necesidad de aviso previo.

Existen más controles. Los proveedores están obligados a llevar un registro de todos los regalos que reciban o hagan a trabajadores o directivos de Altia y que superen los 150 euros. La compañía tendrá siempre acceso a esta información y podrá solicitar a su proveedor un certificado en el que acredite el cumplimiento de la política anticorrupción.

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