Alerta en Galicia: así acelera Endesa el final de su térmica en Teruel

Mientras As Pontes se prepara para las nuevas pruebas con biocombustibles, la térmica de Endesa en Aragón se desacopla de la red sin convenio de transición

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As Pontes mira estos días hacia Andorra, en Teruel. Allí está la térmica de Endesa que, junto con la de Compostilla, en León, debe cerrar sus puertas el próximo verano ya que no acometió las obras para adecuarse a las nuevas normativas ambientales. No obstante, el fin de la vida útil de esta central se precipita. En la medianoche del pasado jueves, la factoría procedió a su desacople de Red Eléctrica. Lo que es lo mismo, entra en parada a la espera de su cierre definitivo, que debe contar con la autorización del Ministerio de Transición Ecológica y que no puede sobrepasar el 30 de junio. El anuncio del desacople cogió por sorpresa a la plantilla de la compañía, tanto en Aragón como en Galicia. La empresa asegura que la decisión viene motivada por las condiciones de mercado. Si bien todo parece indicar que la central permanecerá apagada, puede volver a engancharse a la red en algún momento ya que aún cuenta con 25.000 toneladas de lignito en la campa térmica. Esta cantidad daría para unos cinco días de actividad puntual, que deberá desarrollarse de aquí a junio (algo similar a lo que ocurre con la térmica de Meirama, que estos días ha recuperado actividad).

El ‘desenganche’ de la térmica de Andorra ha sido un mazazo para la plantilla, cuyos ecos resuenan en Galicia. Según recogen los medios locales, los trabajadores aragoneses conocieron la noticia en el turno del mediodía. Lamentan que la empresa no los avisase con más tiempo porque, “no por ser una muerte anunciada es menos dramática”.

Sin convenio de transición firmada

Además, las centrales sindicales han cargado contra la decisión de Endesa ya que la desconexión de la planta se produce cuando no aún no está firmado el convenio de transición justa con el ministerio del ramo, documento que desarrollará junto con la empresa unos planes de actuación llamados a tratar de compensar el impacto socioeconómico del cierre de estas plantas en las comarcas afectadas. 

El revuelo causado hizo que el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, anunciase que el próximo día 24 de febrero, colaboradores del Ministerio de Transición Ecológica visitarán la localidad turolense para trabajar en la redacción del convenio de transición justa.

Endesa ha asegurado que mantendrá el empleo directo en Andorra. Mientras que parte de la plantilla desempeñará labores de mantenimiento y, posteriormente, de demantelamiento, otros serán recolocados. La hoja de ruta que también se seguirá en As Pontes si nada impide el cierre de la factoría. Desde el sindicato CCOO indicaban este viernes que las recolocaciones “deben ser en Andorra y no a kilómetros de casa”.

Las subcontratas se levantan

La situación se recrudece en el caso de los trabajadores de las subcontratas. Endesa no garantiza su recolocación, pero sí se compromete a que sus compañías sean contratadas en los trabajos relativos a los desmantelamientos de las plantas. Este viernes, los empleados de las auxiliares de la factoría aragonesa anunciaban movilizaciones.

La plantilla de As Pontes mira con atención lo que ocurre en Teruel. Desde el sindicato CIG indicaban ayer que, sin estar en la misma situación, ya que el cierre de la factoría de Andorra ya fue anunciado hace un año, los procesos de parada afectan, de forma principalmente, a la industria axiliar, empezando por los transportistas «que ya están sufriendo las consecuencias en Galicia de la crisis de As Pontes».

A la espera de las pruebas de biocombustible

Desde UGT, el presidente del comité de empresa de As Pontes, Luis Varela, indica que lo acaecido en Teruel se mira con lupa desde Galicia, si bien esperan que la situación no se produzca en la comunidad. Primero, porque Endesa sí decidió acometer en la factoría coruñesa las inversiones necesarias para adaptarla a la normativa europea y, segundo, porque esta primavera, cuando la factoría ya cuente con la desulfuradora instalada, acometerá las nuevas pruebas de con biocombustibles que podrían evitar el cierre «total» de la térmica gallega.

La posibilidad se antoja muy complicada. A pesar del empeño tanto de la Xunta como del Concello de As Pontes, las pruebas realizadas hasta ahora con biomasa no son satisfactorias. No porque no sea efectiva, sino por su falta de competitividad. Eso aseguran fuentes cercanas a la empresa, que indican que, en cualquier caso, de encontrarse un combustible alternativo al carbón, este nunca podría suplir los más de 1.450 megavatios térmicos que genera la central.

Hace semanas que Endesa manifestó su intención de repetir las pruebas realizadas para buscar una alternativa al cierre. En este caso, una vez más, se probarán distintos biocombustibles (además, se emplearán nuevas variedades de carbón, buscando uno más competitivo para estas nuevas mezclas). Esa posibilidad se ha transformado en un soplo de aire fresco al que se agarran muchas personas ligadas, principalmente, a la gigantesca industria auxiliar que rodea la factoría de As Pontes.

 

 

 

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