Alcoa tiene un impacto «irrelevante» en la economía gallega

El economista y ex director financiero de Sodiga, Xoán López Facal, considera en un estudio para el Foro Económico de Galicia que la implantación de la multinacional no funcionó como "impulso innovador", pero tuvo elevados costes ecológicos

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

«El examen de la experiencia acumulada por la inversión corporativa afluente y efluente de Galicia, permite subrayar la dispar incidencia de las operaciones de entrada, desde la imprescindible desde el punto de vista del impacto estructural de Citröen, hasta la irrelevante desde este mismo punto de vista de Alcoa».

Así compara el economista Xoán López Facal la incidencia en la economía gallega de la actividad de PSA Citröen en Vigo con la de las dos plantas de Alcoa en A Coruña y San Cibrao (Lugo) en un estudio para el Foro Económico de Galicia sobre la internacionalización de la economía gallega.

La primera sería una empresa tractora, que genera a su alrededor una industria auxiliar de alta capacidad innovadora. La segunda tiene las características de «una inversión de oportunidad desprovista de esta cualidad y proclive a adoptar las características de la industria de enclave», explica López Facal, ex diputado y ex director financiero de Sodiga.

Poco beneficio para tanto daño

El trabajo del economista analiza las posibilidades de la industria gallega para crecer en el exterior y realiza tres propuestas: imitar la experiencia vasca de los polígonos tecnológicos y de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial, profesionalizar las complementariedades entre Galicia y Portugal y crear una oficina gallega de apoyo para captar inversiones extranjeras y apoyar la internacionalización de las empresas de Galicia.

[Consulte aquí el estudio completo]

Es en un apartado del estudio en el que analiza el impacto potencial de la entrada de capital corporativo, donde se explaya sobre la escasa influencia de Alcoa, más allá de los puestos de empleo que genera por sí misma.

«El juicio sobre las consecuencias de la implantación de Alcoa en la costa lucense tiene que ser mucho más defavorable tanto en capacidad de arrastre como en estímulo innovador. Tampoco podemos olvidar el severo impacto ecológico del complejo tanto directo (residuos y efluentes) como a través de descomunales exigencias energéticas que comporta», reflexiona López Facal.

Te quiero, pero por la energía

La multinacional ha colgado recientemente el cartel de ‘se vende’ a sus plantas en Galicia y Avilés. La compañía norteamericana viene explicando que a excepción de la lucense, no son rentables debido a los elevados costes energéticos.

En este punto incide el autor al señalar «la imprevisible estabilidad de la inversión, altamente condicionada por la tarifa energética y las exigencias medioambientales». López Facal concluye que «los recortes recientemente operados en las instalaciones de A Coruña y Avilés y el cierre definitivo de la factoría que la multinacional mantenía en Portovesme (Italia) y de otras en EEUU, demuestran inequívocamente los criterios de localización que inspiran a la multinacional».

E insiste: «La multinacional norteamericana no deja de proclamar sin reservas que la única lealtad que profesa al emplazamiento en San Cibrao reside en el precio de la factura energética».

La gran acogida del Gobierno

López Facal también matiza que el Ejecutivo español siempre se ha mostrado «muy comprensivo con las exigencias tarifarias» de Alcoa, «colmadas con instalaciones complementarias como las del gasoducto que une Reganosa con San Cibrao desde enero».

Avatar

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp