Alcoa se defiende con ataques a Liberty: «No es todo tan idílico»

Alcoa carga contra Liberty House y contra la SEPI en el juicio por el despido colectivo. Asegura que planteaban posiciones de dudosa legalidad

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El TSXG acoge esta jornada el juicio por el despido colectivo que Alcoa tiene en marcha sobre más de 500 trabajadores de la factoría de aluminio primario de San Cibrao. En su exposición, la defensa de la compañía, representada por el bufete Garrigues, ha insistido, una vez más, en que no ha habido «mala fe» en el proceso, tal y como denuncian los sindicatos. Los de Pittsburgh insisten en que hubo 120 días de consultas con la parte social y que, en todo momento, se propusieron «alternativas» al cierre, como un ERTE.

No obstante, los demandantes tienen claro que Alcoa actuó de mala fe porque, dicen, nunca estuvo dispuesta a negociar la venta de planta ni a Liberty House, la filial británica del conglomerado GFG Alliance, ni, posteriormente, al Estado español a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Para contrarrestar este argumento, la defensa del grupo aluminero ha insistido en que las ofertas plenteadas, tanto por la compañía interesada, como posteriormente por la SEPI, no solo no eran «razonables» en términos de mercado, sino que, además, eran de «dudosa legalidad«.

Sin dinero para Alcoa

«El foco de Liberty era hacerse con la planta de alúmina, lo que no está entre las pretensiones de Alcoa. No se puede obligar a una empresa a vender sí o sí bajo cualquer circunstancia», indicó el abogado defensor, que insistió en que a la compañía se le estaba pidiendo vender la fábrica de aluminio por un euro y asumir 170 millones de euros en el proceso. Además, asegura Alcoa que Liberty estuvo «desaparecida» de todo el proceso de negociación para, en los últimos días de septiembre, reaparecer de la mano de la sociedad estatal dependiente del Ministerio de Industria.

En su defensa, Alcoa ha pasado al ataque contra Liberty y contra el Ministerio. Así, insistió en que Liberty, durante más de un año, negoció la compra, por más de 400 millones de euros, de la planta de aluminio primario de Dunkerque, en Francia, que adquirió a Rio Tinto, motivo por el que no parece factible cerrar la compra de Lugo en solo unas semanas. «Por cierto, ha salido en la prensa estos días que, a pesar de lo que pagaron, ponen en duda su viabilidad«, indicó el abogado, en referencia a una información recientemente publicada por algunos medios internacionales.

Dudas sobre el proyecto ‘verde’

También se refirió Alcoa a un informe que, según ellos, pone en duda que se pueda desarrollar en San Cibrao un proyecto de aluminio verde, como es la pretensión de Liberty, trasladada a sindicatos y a administración central y autonómica. «No parece que sea todo tan idílico como se planteaba«, advierte la defensa, que también se ha referido al acuerdo millonario conocido esta semana por el que la compañía americana venderá su negocio de laminación en Warrick (Indiana).

«Alcoa ha vendido solo una planta de laminación que está integrada en un complejo. Alcoa ha asumido costes de separación, pero el comprador ha pagado«, indicó, para insistir en que la oferta puesta sobre la mesa tanto por Liberty como por la SEPI era lesiva para la compañía.

Por otro lado, la defensa también ha acusado al comité de empresa de no querer negociar con Alcoa algo que no fuese la venta a Liberty. De este modo, «la falta de progreso en la negociación es imputante a la representación de los trabajadores», asegura la defensa, que llegó a afear las manifestaciones convocadas contra la multinacional en A Mariña lucense.

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