Alcoa disparó sus pérdidas en A Coruña en la antesala de la segregación

El complejo de San Cibrao fue el más rentable del grupo en España, mientras el centro herculino y el de Avilés acumulan más de 17 millones en números rojos

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Antes de ejecutar la división en dos compañías, una dedicada a los sectores de alto valor añadido y otra dedicada al negocio metalúrgico primario, y antes de poner el cartel de ‘se vende’ en las plantas españolas, Alcoa disparó sus pérdidas en las factorías de A Coruña y Avilés, las más vulnerables ante los elevados costes energéticos.

El centro coruñés registró en 2015 unas pérdidas de 17,6 millones, a pesar de elevar de manera importante su producción y cifra de negocio. La facturación ascendió a 135,1 millones, 20 millones más, como resultado de unas ventas de casi 67.000 toneladas de producto. En el ejercicio anterior habían sido 55.000 toneladas.

Éxito de la alúmina en Lugo

Pocos meses después, en el verano de 2016, trascendía que las plantas de Alcoa en España estaban entre los activos de la multinacional estadounidense disponibles para un comprador. Los elevados costes de la energía, unos incentivos por interrumpibilidad insuficientes y la entrada de producto asiático en el mercado europeo lastraban los balances de las plantas.

En Asturias, sucedió algo parecido. La planta de Avilés cerró el ejercicio con pérdidas de 17,9 millones y una cifra de negocio de 134 millones, números idénticos a los del centro herculino. Solo el complejo lucense de San Cibrao, que tradicionalmente aporta beneficios, presentó un buen comportamiento. La planta de alúmina cerró con 29,2 millones en beneficios, frente a los números rojos de 36,3 millones del curso anterior.

Alcoa no ofrece datos individualizados de la planta de aluminio, pues la sociedad que engloba la factoría, Aluminio Español, consolida resultados con la actividad de la compañía en otros territorios.

Altibajos en 2017

Tras la segregación en dos empresas, Alcoa ha mostrado mejores perspectivas para las plantas españolas, pese a que la multinacional mantiene abierta la posibilidad de una venta. El optimismo se debe, en buena medida, a un mejor resultado en las subastas de interrumpibilidad, los incentivos que logran los grandes consumidores por desconectarse del sistema eléctrico en momentos de elevada demanda.

Alcoa consiguió un bloque de 90 megavatios subvencionado para A Coruña y otro para Avilés, que se sumaron a los tres bloques que ya había conseguido en 2016 para Lugo. Pese a ello, la posibilidad de volver a beneficios es todavía una incógnita por las variables que inciden en su negocio, por ejemplo, el elevado precio de la electricidad en enero, que castigó tanto a los ciudadanos como a las plantas.

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