Alcoa diseña una subasta a dos vueltas para la venta de sus plantas

El proceso de venta que pilota Alcoa para A Coruña y Avilés contará con ofertas no vinculantes, auditorías de compra y propuestas definitivas

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Es un proceso competitivo al uso. Una subasta, en síntesis. Los directivos de Alcoa han diseñado una operación de venta para sus plantas de A Coruña y Avilés, amenazadas por el cierre el 30 de junio si no hay inversor, con un calendario que ya está sobre la mesa. El próximo 15 de abril se cerrará el primer plazo del proceso. Será la fecha tope para recibir las ofertas no vinculantes de los interesados.

¿Qué quiere decir una oferta no vinculante? Pues que los eventuales compradores se posicionan y muestran su interés en las plantas, a través de una carta de intenciones. Será, en resumen, la primera vuelta del proceso. El primer filtro. La fecha del 15 de abril fue trasladada este lunes por los directivos de Alcoa a los miembros de la comisión técnica que se ha creado en el Ministerio de Industria. Doble mensaje, porque además de imponer el calendario, la multinacional se reserva la dirección del proceso. Es decir, elegirá la que será, a su juicio, la mejor opción.

Las ofertas, ¿a la comisión técnica?

Este ha sido uno de los aspectos que también han quedado patentes en la reunión del pasado lunes, y sobre el que hay sensibles diferencias. De hecho, según fuentes de la Administración gallega, los directivos de Alcoa salieron de la cita con otra advertencia: Xunta y Principado de Asturias quieren que las ofertas pasen por la comisión técnica de seguimiento, y que se conozcan las propuestas de los inversores en este foro, para que el proceso tenga la tutela del Gobierno, apuntan.

Pero Alcoa parece seguir sus propios códigos en este proceso. Y si hay ofertas no viculantes, el siguiente paso será el de los compromisos, es decir, de las propuestas vinculantes, que básicamente pasan por ofrecer un precio y realizar una propuesta razonada de opciones alternativas y de inversión para las plantas. Otra vez elegirá Alcoa. Para esta fase no hay fecha sobre la mesa. Dependerá del primer filtro, aunque con la espada de Damocles del cierre el 30 de junio.

Llegarán las «due diligence»

En el momento de las ofertas vinculantes, que tienen que llegar obligatoriamente en los meses posteriores al primer hito, previa due diligence (auditoría de compra),  los inversores tendrán que señalar el precio que están dispuestos a pagar. Alcoa puede reservarse establecer un precio mínimo, rechazando todas las peticiones que queden por debajo del mismo. De esta forma, las plantas se adjudicarían al mejor postor, aunque a buen seguro se valorarán otros planteamientos, como el mantenimiento del empleo o la inversión prevista, asuntos sobre los que estarán encima las Administraciones públicas implicadas y los propios trabajadores.

El gran problema de este calendario, con el plazo de las ofertas no vinculantes el 15 de abril, lo puso sobre la mesa en la reunión del lunes el conselleiro de Economía. Para Francisco Conde, no encajan estas fechas tras el anuncio del Gobierno de que el estatuto de la industria electrointensiva estará aprobado el 26 de abril, en el último Consejo de Ministros antes de las elecciones. En resumen, los candidatos a comprar las plantas no conocerán las condiciones del nuevo entorno eléctrico para Alcoa cuando presenten sus propuestas no vinculantes.

Uno o varios compradores

El proceso de due diligence, que vendrá antes de las ofertas definitivas, también será determinante, para poder realizar un planteamiento económico para unas fábricas que llevan cuatro años sin inversiones. Por lo general, las auditorías de compra dan acceso a las tripas de una empresa o fábrica, a sus números reales, y se llevan a cabo previa firma de una pacto con cláusulas de confidencialidad. Este tipo de auditorías permiten conocer datos que van mucho más allá de los que se manejan en los cuadernos de venta al uso, que es el primer paso de todo proceso, como lo fue en el anterior intento de venta de las plantas por parte de Alcoa.

Desde la mesa de negociación, según fuentes de Administración gallega, está claro que Galicia y Asturias quieren que la solución para las plantas sea conjunta, pero eso no quiere decir que haya solo un comprador, sino que el análisis de situación debe ser conjunto para Asturias y Galicia. Por tanto, todo está abierto, con un calendario más que apretado, y compradores para las plantas que no tienen por qué ser necesariamente la misma empresa.

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