Alcoa da un nuevo ultimátum a Parter por la planta de A Coruña

La multinacional da hasta el 4 de junio a Parter para revertir la venta de las plantas o “hacer que Riesgo cumpla las condiciones exigidas”

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Este jueves vencía el plazo que concedió Alcoa a Parter para “cumplir las condiciones estipuladas en el contrato de venta” de las plantas de A Coruña y Avilés. La multinacional norteamericana considera que se vulneraron en el momento que el fondo suizo traspasó el 75% de las factorías a Grupo Industrial Riesgo.

Acabado el plazo inicial, Alcoa ha dado uno nuevo, hasta el 4 de junio. En esta ocasión, aclara que admite que Riesgo se quede con las factorías, pero exige que en las mismas condiciones que puso a Parter, es decir, que presente un plan industrial y que garantice durante dos años la preservación de los empleos y las condiciones laborales de los casi 700 trabajadores afectados. No especifica la multinacional si también requerirá solvencia financiera, como le exigió a Parter antes de firmar el traspaso de las factorías. La otra solución sería anular la venta a Riesgo.

La pugna entre Alcoa y Parter se produce mientras los trabajadores se movilizan y piden la intervención del Gobierno para asegurar el futuro de las plantas. Argumentan que no se ha presentado el plan industrial comprometido y que dudan de la legalidad de la venta a Riesgo. “No ha demostrado nada en A Coruña, de momento, ni siquiera ha demostrado que compró parte de la compañía legalmente y que está gestionándola conforme a la ley”, dijo el comité de empresa de la factoría el pasado jueves.

Alcoa responde a Riesgo

Los trabajadores se pronunciaban de esta manera después de que el nuevo dueño cargara contra el comité de A Coruña por las protestas de la plantilla. «La dirección actuará con toda su batería legal frente a las amenazas y presiones recibidas por parte de dicho comité de empresa. Además, estudiará si la movilización de hoy ha contravenido las normas de seguridad e higiene dictadas en el estado de alarma», dijo la compañía, alegando que generaban “confusión” en el resto de trabajadores y advirtiendo que, si no se trabaja “de forma conjunta” por la viabilidad de la compañía, las fábricas podrían acabar como la de Nissan en Barcelona o la de Alcoa en Lugo.

No fue la única guerra que abrió Riesgo, que también acusó a Alcoa de “prácticas contables cuestionables” en las cuentas de los ejercicios 2017 y 2018. La multinacional norteamericana respondió al nuevo dueño de Alu Ibérica asegurando que “ha mantenido sus compromisos en todo el proceso de venta” y que fue “abierto y transparente para todas las partes”.

“Alcoa es una empresa de reputación reconocida, con unas prácticas contables que siguen estándares internacionales y que están auditadas por empresas internacionales externas a la propia compañía. Y espera que estas prácticas las sigan también sus contrapartes”, dice la multinacional.

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