Alcoa da por rotas las negociaciones: "Ha sido inviable una solución"

Negociaciones rotas. Eso es lo parece desprenderse del comunicado emitido por Alcoa este mediodía en el cual lamenta que tanto empresa como comité no hayan alcanzado ningún acuerdo en el marco de las negociaciones formales por el ERE activado por la multinacional y que podría dejar en la calle a 534 trabajadores de San Cibrao.

El plazo de negociación formal acabó el el pasado martes sin que se llegase a ningún acuerdo. Este miércoles, la compañía dio plantón al Ministerio de Industria de Reyes Maroto, que convocó una reunión de urgencia con el objetivo de desbloquear la venta de la fábrica de alumunio y, de esta forma, paralizar el ERE en marcha.

En la mañana de este jueves estaba previsto que, aún así, empresa y comité volvieran a reunirse en San Cibrao para tratar de llegar a un acuerdo sobre el proceso de ERE. La cita no se llegó a producir ya que los directivos de la compañía dieron marcha atrás a sus coches y huyeron del lugar al ser recibidos con abucheos por parte de la plantilla.

Alternativas encima de la mesa

Ahora, Alcoa asegura, mediante un comunicado, que en la última reunión del periodo de consultas «puso distintas alternativa sobre la mesa». Unas alternativas, asegura, «que habrían permitido explorar una potencial venta de la planta de aluminio de San Cibrao con las cubas funcionando» y que, además, «habrían evitado despidos a través de un ERTE en el supuesto de que dicha venta no llegara a producirse». «Todo ello habría permitido el mantenimiento del empleo, al menos, hasta julio de 2022», explica.

Pero, esa falta de entendimiento con la plantilla es el argumento que ahora esgrime Alcoa para deslizar que el periodo de negociaciones se cerrará sin acuerdo. «Lamentablemente, todas las alternativas propuestas fueron rechazadas por la comisión representativa de los trabajadores. Alcoa cuenta con 15 días para comunicar su decisión», advierte.

«Ha sido inviable una solución acordada a la crítica situación que sufre la planta, con pérdidas semanales superiores al millón de euros», insiste la compañía, que, de momento, no se ha referido de forma pública a la oferta que el gigante Liberty House le ha hecho por la factoría de San Cibrao. El grupo británico, eso sí, ha presentado su plan industrial y energético tanto a la plantilla como a la Xunta de Galicia y al Gobierno central, obteniendo el apoyo de todos ellos, que han calificado la propuesta de «solvente».

«Intimidación y violencia»

A lo que sí se ha referido la compañía de Pittsburgh en su comunicado es a los incidentes de la mañana de este jueves. «Al finalizar la última reunión del periodo de consultas, ya en la mañana del 5 de agosto, la representación legal de los trabajadores solicitó a los representantes de Alcoa que las partes se reunieran de nuevo en el día de hoy para revisar y firmar el acta con el contenido de dicha reunión. Lamentablemente, los representantes de Alcoa no han podido acudir a dicha reunión, puesto que un importante grupo de personas con monos de trabajo y distintivos de la planta de San Ciprián han impedido su acceso con intimidación y violencia. Ello ha obligado a los vehículos a abandonar el lugar», relata.

«En un escenario en el que se impide el acceso y se teme por la integridad física de los representantes de la empresa, no pueden celebrarse reuniones presenciales», asegura la compañía, que indica que ha puesto los hechos «en conocimiento de la autoridad a los efectos de las acciones que legalmente procedan».

El comité pide «mediación»

Los trabajadores tienen claro que el grupo de aluminio ha optado por «hacerse la víctima». El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, ha negado que, en ningún momento durante esta mañana, los directivos de Alcoa estuviesen en una situación de amenaza. Ante la situación que se vive, los representantes de los trabajadores han solicitado la mediación de las administraciones.

“Estáis viendo todos que es imposible negociar con esta empresa, por lo que exigimos que la autoridad competente y la Xunta de Galicia se metan en este proceso y se sienten en la mesa con nosotros también, porque necesitamos que alguien arbitre esto», indica Zan.