Acerinox se abre paso vendiendo más y más barato

Tras el abismo de 2013, la acerera remonta aunque sea a costa de incrementar la deuda en más de 300 millones

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Acerinox, la multinacional española fabricante de acero inoxidable, está viendo cómo se estabiliza su actividad después de varios años sumida en una crisis que le llevó, a mediados de 2013, a tocar suelo, cuando la cotización de su acción caía por debajo de los 7 euros tras las pérdidas registradas en 2012. Y la empresa –entonces todavía presidida por el histórico Rafael Naranjo– tuvo que dejar su sitio a Gamesa en el selectivo Ibex 35 hace un año.

Desde entonces, y aunque las incertidumbres sobre la recuperación económica, sobre todo en Europa, se mantienen, las perspectivas son otras. Y, con altibajos, los inversores han vuelto a recomendar comprar acciones del grupo acerero, presidido desde abril por Rafael Miranda, tras la renuncia de su predecesor por motivos de salud.

Recomendaciones de compra

Los grandes brokers ya no aconsejan vender títulos de Acerinox, como ocurría hasta mediados del presente año. Todo lo contrario. Ahora recomiendan su compra por considerar un valor con posibilidades de futuro a medio y largo plazo.

Bankinter, Société Générale, Goldman Sachs y Bank of America llevan varios meses hablando de un precio objetivo para Acerinox de 14,5 a 16 euros por acción, lo que implica incrementar entre un 20% y un 30% el actual valor bursátil de la acerera, en el entorno próximo a los 12 euros.

Se retoman los beneficios

Lo hacen a la vista de un incremento de la producción y de las ventas, aunque en este caso sea a unos precios medios que siguen a la baja, y con unos resultados que han vuelto a tomar con fuerza el camino de los beneficios.

Los 134 millones de euros ganados hasta septiembre –y que apuntan a unos 175 millones a final de año– representan una clara muestra de recuperación respecto a los dos años anteriores. Beneficios que incluso se hubieran podido aproximar a los 200 millones en 2014 de no ser por el incremento de las importaciones en Europa, la menor actividad en Asia y el descenso del precio del níquel, condicionantes que afectarán a las ventas y reducirán la aportación de beneficios del cuarto trimestre.

Incremento notable de la deuda

Uno de los pocos aspectos negativos se relaciona con un aumento brutal de la deuda neta financiera. Entre 2009 y 2013 había logrado reducirla a la mitad, de 1.075 a 529 millones de euros, pero hasta septiembre se había incrementado en 316 millones, un 59%, hasta los 845 millones, debido a mayores necesidades de financiación como consecuencia del incremento de actividad y los mayores precios de la materia prima.

Desde el punto de vista accionarial, Acerinox ha visto cómo la salida de la crisis ha coincidido con la ruptura del núcleo duro accionarial español. Desde el año 2006, tres de los grandes patrimonios familiares –los March, los Del Pino y Alicia Koplowitz– habían controlado casi el 40% del capital de la multinacional acerera, pero la familia Del Pino, propietarios de la constructora Ferrovial, decidió poner punto y final en esta inversión, como lo venía haciendo en otras compañías. Primero en septiembre de 2013 y después, en julio de este año, su instrumental Casa Grande de Cartagena vendió el 5% de Acerinox por 140 millones.

Salen los Del Pino, entran los fondos

La salida de los Del Pino y la desinversión parcial de algunos otros accionistas ha permitido que algunos fondos de inversión, como T. Rowe Price o Sanderson Asset, aumentaran su participación en Acerinox, en ambos casos por encima del 3% actual.

Quien permanece como segundo máximo accionista en la acerera –solo por detrás del 23,76% que ostenta Corporación Financiera Alba, el vehículo inversor de la familia March– es Nisshim Steel. El quinto mayor fabricante de acero de Japón que, en 2009, pagó más de 160 millones para elevar su participación en Acerinox del 11,3% al 15%. Hoy reconoce un 15,66%, según los datos que figuran en el registro de la Comisión nacional del Mercado de Valores.

Dividendo, en efectivo o en acciones

Accionistas que en julio de 2015 deberán elegir nuevamente, por tercer año consecutivo, si quieren percibir el dividendo en efectivo o en acciones. Los dividendos opción o ‘scrip dividend’, una medida tomada por buena de las empresas para minorar la salida de caja, se articulan normalmente mediante una ampliación de capital con cargo a reservas de la empresa, que distribuye los nuevos títulos entre sus accionistas, quienes pueden optar por venderlos a la propia compañía o mantener sus acciones.

En julio de 2014, el 49% de los accionistas prefirió vender los títulos, con lo que Acerinox tuvo que desembolsar 56 millones al pagar cada acción a 0,449 euros, mientras que el 51% restante de los accionistas optó por suscribir nuevas acciones.

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