A la nueva patronal también le asusta Podemos: «El dinero tiene miedo»

El presidente de la CEG intenta no "demonizar" a Pablo Iglesias, pero acaba alertando que España puede acabar como Grecia o Venezuela

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«El dinero tiene miedo». La frase es de Antonio Dieter Moure, flamante nuevo presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, que no difiere demasiado de su predecesor, José Manuel Fernández Alvariño, en la opinión sobre las mareas municipales que inundaron Galicia y sobre Podemos. Dieter intentó ser más neutral, no pretende «demonizar» a Pablo Iglesias ni a su partido, pero salta a la vista que estaría mucho más tranquilo con un pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos.

Cree que en otro escenario, España corre el riesgo de convertirse en Venezuela, Grecia «o algo parecido». Si le preguntan si la coalición de izquierdas en el Congreso puede acabar tan asfixiada como el gobierno de Tsipras responde con un «claro», antes de recomendar «poner los pies sobre la tierra» y plantear «cosas de acuerdo con la economía que se tiene». «El problema no es proponer, el problema es tener dinero», explica en una entrevista a Europa Press.

Las mareas, gente «seria y formal»

Con todo, en la línea de un discurso dialogante y de concordia, rechaza que la idea que se extraiga de estas reflexiones sea que «Dieter no quiere a Podemos», porque él no es de los que piensa que un determinado partido «lo hace todo mal». De hecho, juzga que «todos intentan hacerlo con buen criterio», en defensa del «bien común». Pero reprocha a la formación que «apoye las políticas de Venezuela» o de Syriza, porque ni una ni la otra le gustan.

Es más cordial con las mareas, pero deja claro que tras las próximas elecciones gallegas se necesitará estabilidad. «Me gustaría que ganase quien ganase, lo hiciese con la mayoría suficiente como para poder pactar con alguien. PSOE, PP o quien sea», explica.

Pese a todo, reconoce que no puede censurar el trabajo de los gobiernos de A Coruña, Santiago y Ferrol, que «están empezando» y tienen derecho a un margen de tiempo. «En principio no voy a decir es un desastre. Son gente preparada, seria y formal», expresa en, probablemente, las palabras más amables que han salido de la patronal gallega hacia las mareas.

La incertidumbre lastra la economía

Para el nuevo representante de los empresarios gallegos, la actual situación de incertidumbre política «está lastrando seguro» a la economía española, pues «los mercados se resienten». Por ello, desearía «que hubiera altura de miras, se olvidasen un poco las particularidades» y se fraguara un Ejecutivo conformado por PP, PSOE y Ciudadanos. «Todos deben ceder un poco», aconseja.

A su manera de ver, sería «bueno para la economía y para dar estabilidad a la sociedad». Unas nuevas elecciones «no conducen a nada» para Moure, solo a lograr «más inestabilidad», dado que «se volvería a estar en lo mismo», con otros «cromos».

En cuanto a quién va a ser el presidente, dice que «gobierne quien sea», que le da «casi igual», y que lo decidan los que negocien. Sin embargo, un mandato basado en el apoyo de independentistas no cree que sea «positivo».

El céntimo sanitario

Confiesa que la primera llamada que recibió al salir elegido como presidente, fue la del titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para darle la enhorabuena. «Se lo agradezco mucho, por la deferencia que supone hacia los empresarios de Galicia», indica.

Ahora, está a la espera de ajustar agendas para entrevistarse con él, en una reunión en la que prevé que le acompañen los presidentes de las cuatro confederaciones provinciales, incluido el de Ourense, que fue el otro candidato y que tras los comicios lanzó sospechas de supuestas irregularidades en el censo.

De los dos mandatos de Feijóo hace balance positivo, aunque matiza que hubo «cosas» que habría preferido «de otra manera», como el céntimo sanitario. «Eso a los empresarios nos hace mucho daño», censura. La supresión de este impuesto sobre carburantes será una de las reivindicaciones que lleve a la cita. «Otra cosa es que me haga caso», admite, después de subrayar que su retirada le vendría «muy bien» a los empresarios y «reactivaría la economía».

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