A Florentino Pérez se le acaba el chollo de la obra pública en Galicia

A la constante caída de licitaciones se suma la inminente entrega de algunas de sus obras en curso

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La sombra de Florentino Pérez en Galicia es alargada. En la comunidad, el empresario y presidente del Real Madrid controla una extensa red empresarial que abarca sectores como el energético o el de la construcción. Sin embargo, su peso en los últimos años ha ido menguando, en parte como consecuencia de las desinversiones –venta del negocio eólico–, pero también de la caída de los contratos con las administraciones.

La operación más reciente ha sido la venta al grupo chino CNTY de la filial Urbaser, empresa a través de la cual el grupo ACS gestionaba el servicio de recogida de basuras de Lugo, la depuradora de Ferrol (en una sociedad mixta con el Concello) o la planta de residuos de Nostián, en A Coruña. Con esta desinversión se ha quitado de golpe una buena parte de sus problemas en la comunidad, aunque no todos.

Desde el año 2013, Florentino Pérez ha visto como la concesión de obras públicas en la comunidad menguaba abruptamente. De los 64 millones de euros en obras de entonces pasó a los 25 millones el año siguiente, para cerrar 2015 superando ligeramente los 20. Lo llamativo es que el pasado año todas las obras fueron a parar a una única filial: Dragados.

Próximos vencimientos

Muchas de estas actuaciones están todavía en ejecución, pero hay grandes contratos que se aproximan a su fin. El más inmediato es la segunda y última fase del contradique del puerto exterior de A Coruña, una infraestructura adjudicada en 2014 a la UTE formada por Sato, Arias Hermanos y dos firmas del grupo ACS: Drace y Dragados, las mismas que ejecutaron la primera de las fases.

El contrato, presupuestado en 35,9 millones de euros, tiene un plazo de ejecución de 20 meses. Se entregará en octubre, pero aunque todavía no haya sido inaugurada, la infraestructura ya está repercutiendo en la actividad portuaria, mejorando su operatividad.

Otros de los contratos que vencerán próximamente, de cumplirse la promesa del Gobierno del PP de rematarlo en 2018, será el de las obras del AVE. Dragados y Tecsa acometen las obras del tramo más complejo, el que une las localidades de Lubián (Zamora) y Taboada, en Ourense. La finalización del Eje Atlántico ente A Coruña y Vigo, donde ejecutó el emblemático viaducto del Ulla, entre otras actuaciones, también ha mermado su actividad en el ámbito de las infraestructuras ferroviarias.

Pérdida del reinado

Al margen de la escasez de nuevos contratos como consecuencia de la caída de licitación de la obra pública (un 14,2% hasta julio en el conjunto de las administraciones y un 16,5% en el caso de la Xunta), en las últimas semanas Dragados se ha visto obligada a renunciar a un contrato de 2,4 millones para la sustitución de las cubiertas del estadio de de Riazor en A Coruña, ayuntamiento en el que otra de sus filiales está continuamente en el punto de mira.

No obstante, el empresario también se ha llevado alguna alegría, como es la adjudicación a Dragados de un tramo de la futura autopista do Morrazo, entre Domaio y Meira, por 13,3 millones de euros, que puede situar al grupo que preside nuevamente en la lucha por el reinado como mayor adjudicatario de obra pública en Galicia, que perdió en 2014 en detrimento de Copasa y San José.

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