Talleres de la mafia china cosieron para cinco cadenas de Inditex

Una red clandestina en Barcelona se hizo con prendas de Zara, Stradivarius o Bershka tras una cascada de subcontratas

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Prendas confeccionadas en talleres clandestinos de la mafia china en el área de Barcelona acabaron en las tiendas de algunas de las principales firmas de moda en España, entre ellas, Inditex. Así consta en el sumario de la Operacion Wei, que desvela este sábado El Pais, una investigación que derivó en el registro por parte de los Mossos d’Esquadra de 72 talleres de confección regentados por chinos en Mataró que sometían a sus trabajadores a un regimen de esclavitud.

En los locales se cosían prendas para 363 marcas y mayoristas como El Corte Inglés, Desigual, Cortefiel o Roma. No eran meras falsificaciones. Las etiquetas halladas en los registros permitieron hacer un seguimiento de la ropa hasta el cliente final. En el caso de Inditex, llegaron a cadenas como Zara, Stradivarius, Bershka, Lefties, o Pull&Bear. Nada de esto sabía el equipo de Amancio Ortega o el de El Corte Inglés, que según la investigación judicial, contrataban a un proveedor español con los papeles en regla y adscrito al código ético de las cadenas. Fue una cadena de subcontratas la que acabó por dejar el encargo en manos de intermediarios chinos.

Así funcionaba la red

Los cortos plazos de entrega y la flexibilidad característica de las grandes cadenas de moda para adaptarse a los cambios en la demanda propiciaron la subcontratación. El proveedor contactaba con las empresas intermediarias, también bajo apariencia de legalidad, que, a su vez, repartían el encargo por la red de talleres clandestinos, ubicados todos en polígonos industriales de Mataró.

Las condiciones laborales de estos talleres sometieron a regimen de esclavitud a varios centenares de personas. Trabajaban de lunes a domingo una media de 15 horas diarias, dormían en sótanos, en épocas de alta carga de trabajo, no más de 4 horas, y comían a base de espaguetis y arroz, informa El Pais. Los Mossos relatan en un informe tras entrevistar a 417 de estos trabajadores que los sueldos «miserables» servían, en parte, para pagar la deuda «contraída con la organización que los ha trasladado de su país».

La operación judicial acabó con 77 detenidos, si bien, hasta la fecha, sólo tres han sido condenados a tres años y medio de cárcel por explotación laboral.

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