El último ‘hasta luego’ de Xosé Manuel Beiras

El histórico líder nacionalista renuncia a la "casa dos mortos" del Parlamento gallego mientras lidera la confección del programa económico de En Marea

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No hay más hojas en el libro. El «epílogo» político de Xosé Manuel Beiras en el Parlamento gallego finaliza. El portavoz nacional de Anova ha anunciado a través de sus redes sociales que pone fin a una trayectoria de cuatro décadas, la mayoría liderando al BNG, del que es miembro fundador, hacia la Xunta.

Beiras deja la «casa dos mortos», como llamó a la Cámara, dando su aval a Luis Villares, el magistrado del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que intentará encabezar la candidatura de En Marea el 25 de septiembre.
 

 

 

 

Se aparta de la primera línea y deja de alimentar debates. Se especuló con la que sería su séptima candidatura a la presidencia al frente de las mareas. Anova creía que no había tiempo suficiente para que Villares pudiera hacer el trabajo de campo necesario para darse a conocer a la sociedad gallega. En el sondeo realizado por Sondaxe este domingo, a Beiras lo conocía el 90% de los encuestados, a Villares menos del 50%. Pero el líder de Anova pasó página y asumió que eran Xulio Ferreiro y Martiño Noriega quienes debían llevar las riendas del nuevo espacio.

Sus palabras en las redes sociales despertaron muestras de reconocimiento del partido y de sus allegados, que uno tras otro fueron dedicándole palabras de agradecimiento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero no era un entierro. Beiras no seguirá en la primera línea, pero sigue. De hecho, está liderando la confección del programa económico de En Marea para las elecciones autonómicas. A finales de año, después de las autonómicas, tendrá que decidir si quiere continuar como portavoz nacional de Anova. 

Fundador del Partido Socialista Galego (PSG), llevó al BNG a sus mejores resultados, segunda fuerza política por delante del PSdeG, para luego presagiar el declive del partido. Unos creen que fue visionario, otros le culpan de la caída del Bloque. El caso es que en 2005 renunció a ir en las listas del partido que formó gobierno junto a los socialistas y en 2012 su corriente, Encontro Irmandiño, se escindía de la formación que fundó el autor de O atraso económico de Galiza.

Empezó entonces el «epílogo» político, regresando al Parlamento de mano de AGE, que sentó las bases de la nueva política, rescató a Esquerda Unida del ostracismo y fue germen de la eclosión de Podemos, en definitiva, del fin del bipartidismo.

De sus intervenciones en el Parlamento queda la emoción cuando censuró a Núñez Feijóo por sus fotografías con el narco Marcial Dorado, donde confesó apenas poder contener su indignación. Un relato que tendría continuidad en el golpe sobre el escaño del presidente de la Xunta, que se sumaba a la escenografía del zapato de Nikita Kruchev en en la mano de Beiras golpeaba la mueblería del Parlamento contra las políticas de Fraga.

Quien quiera justificar el papel visionario de Beiras solo tiene que consultar la hemeroteca. En 2011, tres años antes de la fundación de Podemos, escribía en Galicia Hoxe: «Asistiremos a unha ofensiva cidadá de longo alcanzo dirixida cara a transformación do sistema: un movemento antisitémico que comeza na negación do existente para, a seguida, constuir un novo sistema alternativo».

En la Asamblea Constituínte de Anova proclamaba: «O que estamos é a promover un movemento e non un partido, un movemento no sentido propio da palabra, un proceso de mobilización da cidadanía do común que se converta efectivamente en actor e que constrúa as alternativas».

 

 

 

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