Los secretos de la quiebra de las cajas gallegas que MAFO nunca contará 

Al exgobernador del Banco de España, ahora imputado, se le atribuye total pasividad ante el riesgo del crédito promotor, el veto explícito a José Luis Méndez, su resistencia a la fusión y la predilección final por el equipo de Fernández Gayoso 

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Un actor clave en la crisis y fusión de las cajas gallegas, por su intervención y también por sus ausencias, está ahora imputado en la Audiencia Nacional. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España cuando en 2010 se formaliza la integración de las maltrechas entidades, fue llamado en su día a la comisión de investigación en el Parlamento, al que ninguneó con una ausencia clamorosa. Y, ahora, una vez imputado por la salida a Bolsa de Bankia, también los grupos de O Hórreo vuelven a reclamar su comparecencia en la reapertura de la comisión. A buen seguro será inútil de nuevo. 

MAFO, que hasta ahora ha guardado un silencio de años solo roto a través de un libro titulado Economistas, políticos y otro animales, prefirió en la crisis de las cajas la omisión a la acción. Un aparente mirar para otro lado ante el galopante riesgo del crédito promotor acumulado, que se saldó con refinanciaciones que solo ahora, después de un informe forensic solicitado por José María Castellano cuando accedió a la presidencia de la entidad resultante, Novagalicia, acaban en la Fiscalía Anticorrupción tras las denuncias del FROB

Los interrogantes 

El juicio al sistema que abre la imputación de Fernández Ordoñez es una etapa más en un camino lleno de incógnitas, que tiene en la crisis de la cajas gallegas uno de sus grandes interrogantes. ¿Por qué MAFO no pisó la comisión de investigación creada en el Parlamento gallego? ¿Qué hubiera sido de Caixa Galicia en una integración por la que apostaba el entonces gobernador, en una suerte de fusión fría, un SIP, con Caja Madrid y Bancaja, en lo que luego sería Bankia? Estos son algunos de los enigmas del rompecabezas de las cajas que incorpora un análisis publicado en el diario El Progreso, y que MAFO no parece ahora dispuesto a aclarar.

Hay más secretos que nunca serán confesados. ¿A qué respondía esa confianza plena en Fernández Gayoso y su equipo, desde Caixanova, para liderar una fusión que aceptó a regañadientes y que era, ciertamente, contra natura? ¿Por qué no habló MAFO con Núñez Feijóo y tampoco contestó a sus misivas? ¿Por qué el FROB, hijo menor del Banco de España, envía ahora a la Fiscalía Anticorrupción operaciones supuestamente irregulares que el propio instituto emisor ignoró en la etapa de Fernández Ordóñez?  

De MAFO a Julio Segura

Quizá, el gran acierto de Fernández Ordoñez en la crisis de las cajas gallegas resida en el veto a José Luis Méndez para liderar, o tan siquiera formar parte del equipo gestor, en la integración de Caixanova y Caixa Galicia.  Todo esto no dejaría de ser solamente un fraude de dimensiones magníficas si no fuera por el rescate bancario, que lo cambia todo. Una nacionalización que costó al contribuyente nada menos que 9.000 millones de euros, según el referido análisis. 

Pero hay más actores a los que reclama su presencia la comisión de cajas, cuya reapertura sigue pendiente en el Parlamento. Julio Segura, al frente en aquellos días de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y como Fernández Ordóñez imputado también ahora por Bankia, fue quien validó masivas emisiones de participaciones preferentes realizadas por las cajas gallegas. Lo hizo desde la CNMV. Esos folletos de emisión de las tóxicas preferentes estaban registrados y chequeados por la propia autoridad bursátil, sin que el propio Segura pareciese preocupado. ¿Por qué? De nuevo ese aparente mirar hacia otro lado cuando se trató de sostener un sistema que hacía aguas ya, y que necesitaba capital de máxima calidad, las preferentes, para sanear sus balances en la antesala de la crisis.

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