El choque entre Marea y PSOE hace A Coruña ingobernable

La derrota de Xulio Ferreiro en la moción de confianza congelará un mes la aprobación de los presupuestos sin resolver las tensiones entre los partidos ni abrir paso a un nuevo gobierno

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Xulio Ferreiro ha perdido la confianza de la mayoría del pleno del Concello de A Coruña y el PSOE le ha retado a empezar a recuperarla dentro de un mes, cuando expire el periodo en «funciones» sin que los socialistas aprovechen para armar una moción de censura con el PP. Es el balance de una jornada de choque entre las fuerzas de la izquierda política provocada por la falta de consenso en los presupuestos municipales. Unos y otros se reprochan la falta de voluntad para llegar a un acuerdo. Sin pacto, la ciudad tuvo una cuestión de confianza en lugar de unas cuentas y los socialistas dejaron solo al alcalde.

El PSOE sostuvo tras el pleno que negociar un gobierno alternativo y ejecutar una moción de censura «no está en el calendario cercano ni a medio plazo», según expresó el edil José Manuel García. En esa línea también se pronunció Mar Barcón, que descartó durante la semana una alianza con el PP. Si esta premisa se mantiene, los presupuestos se aprobarán inicialmente en 30 días y Marea Atlántica volverá a la casilla de salida, teniendo que negociar con los socialistas las actuaciones de gobierno que considera estratégicas, ya sea la posición respecto a la subasta de los terrenos de la fachada marítima o el ensamblaje del área metropolitana.

La ingobernabilidad

Al enfrentamiento entre Marea Atlántica y PSOE asiste impávido el PP, dichoso en su papel de oposición que tiene suficiente con criticar los presupuestos y pedir de vez en cuando la dimisión de Ferreiro, mientras sus rivales políticos se desgastan el uno al otro en un pleno con amplia mayoría para las fuerzas de izquierda.

Ese escenario es el que detecta la nacionalista Avia Veira, que ha conseguido llevar a la actuación del Ejecutivo numerosas propuestas del BNG durante la legislatura, pero que este sábado criticó con fuerza el enfrentamiento y la incapacidad de acordar de Marea Atlántica y PSOE. A Coruña tendrá presupuesto dentro de un mes pero los problemas de gobernabilidad seguirán si esa relación no se endereza.

Las aficiones

El pleno arrancó con aire de partido grande. Marea Atlántica llamó a la movilización y consiguió reunir a decenas de personas para respaldar al alcalde, entre las que estuvo Luis Villares, portavoz de En Marea en el Parlamento. El PP también llamó a los suyos, grupo menos nutrido pero más madrugador, que guardó sitio para acceder al pleno. Algunos llevaban la bufanda del Deportivo y el cartel Ciudad de Primera, alcalde de Tercera.

Desde que las piezas de la cubierta de Riazor volaron por los aires, los populares se mostraron decididos a que cayeran sobre María Pita, basándose en que Carlos Negreira había licitado y adjudicado las obras y la marea las paralizó. En realidad, fue la propia adjudicataria, Dragados, la que consideró inviable realizar el proyecto tal y como estaba planteado. Según explicó el Concello, ese fue el motivo de que se rescindiera el contrato.

Vuelve Pedro Sánchez

La postura del PSOE fue tan poco pragmática como clara. No tiene confianza en la marea y la marea no tiene confianza en el PSOE, así que votó «no». José Manuel García, que ejerció de portavoz, advirtió a Ferreiro que su partido habría validado los presupuestos, pero que no tiene la misma opinión del alcalde, pues entiende que «en ningún momento quiso llegar a un acuerdo».

Reprochó a Ferreiro una actitud «soberbia» y expresó la disposición del partido a continuar dialogando y presentando propuestas. «Estará un mes en funciones y tendrá tiempo para reflexionar y buscar puntos comunes», zanjó. También reprochó a Marea Atlántica la investidura fallida de Pedro Sánchez en el Congreso.

En definitiva, dio un golpe sobre la mesa, quizá, en uno de sus peores momentos. Está tutelado por una gestora, que rinde cuentas a la gestora del PSdeG, que depende de la gestora del PSOE en Ferraz.

Ferreiro no odia al PSOE, pero tampoco lo entiende

Marea Atlántica contaba con esta debilidad y llevaba tiempo coqueteando con la cuestión de confianza, aún sabiendo que la perdería. Arriesga la alcaldía a cambio de dar luz verde a los presupuestos antes de remangarse de nuevo para seguir negociando con los socialistas. Xulio Ferreiro hizo en su intervención un alegato de logros y temores.

El temor es el regreso al modelo de desarrollo del Partido Popular, el modelo del «Ofimático, la Pokemon y la Pikachu«. «¿Alguien duda de que si gobernara el PP la Solana ya estaría privatizada?», preguntó el alcalde, aunque no esperaba respuesta.

Ferreiro defendió que la actuación del Gobierno había permitido la activación de la renta social, aseguró que estaban cerca de anunciar los «vertidos cero» de la ciudad al mar, «una obra que no se ve y que no sirve para poner un cartel y sacarse una foto». También recordó que estaban en camino de asegurar el uso público de la fachada marítima y que ya habían recuperado la antigua prisión, agradeciendo al BNG que iniciara la batalla por recuperar las instalaciones. «Eso sucedió con este gobierno», zanjó.

El PP tiende la mano

No sirvió de nada. Perdió una votación que sabía que iba a perder. Mientras tanto, el PP ya tendió la mano al PSOE para activar una moción de censura que nada indica que vaya a ocurrir. Rosa Gallego pidió en numerosas ocasiones la dimisión de Ferreiro ante una ciudad «que se cae a trozos».

Ferreiro le reprochó que su modelo de estabilidad era el de Ourense, la única ciudad donde los populares gobiernan en minoría. Allí no hay presupuesto, se gobierna con el que dejó el PSOE hace dos años. Tampoco hay nuevo plan de ordenación urbanística ni nuevas ordenanzas fiscales. Sin acuerdo, nada se mueve.

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