Los excesos del Deutsche Bank (winter is coming)

El Deutsche Bank inicia la ampliación de capital de 8.000 millones pero necesitará mucho más para salir del agujero, por lo que venderá su negocio en España

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Pese a que este lunes se inició la primavera, para Deutsche Bank se acerca el invierno. El que es uno de los mayores bancos de Europa vive una crisis sin precedentes que le ha obligado a ampliar capital por 8.000 millones, operación que ha arrancado este martes, y a poner a la venta varias filiales. Una de ellas, la española, saldrá a subasta en abril y Caixabank parte como favorita, como explicó Economía Digital.

Este martes se ha iniciado la ampliación de capital del Deutsche, que le está provocando una caída de más del 8% de sus acciones en bolsa. No es de extrañar, teniendo en cuenta que salían a la venta a 11,65 euros, muy por debajo del precio de mercado, y a que la entidad está recibiendo un castigo por su delicada situación financiera.

El primer banco de Alemania cometió el mismo pecado que muchas cajas de ahorro españolas. Su alta exposición al sector inmobiliario, mediante créditos a promotores e hipotecas, provocó que durante la crisis su viabilidad se viera cuestionada. Ya en el primer año de la crisis, 2008, perdió cerca de 4.000 millones de euros.

El Deutsche Bank cometió los mismos errores que muchas cajas españolas, sumados con ‘subprime’

Esto solo fue el principio. Sus negocios con hipotecas basura en Estados Unidos, mercado siempre más beligerante con este tipo de excesos que la UE –como muestra, el dieselgate–, le costaron una investigación que terminó zanjando, en diciembre del año pasado, con una multa de 7.200 millones de dólares, sumando sanción y compensación a los afectados.

El Deutsche ya había provisionado para este litigio, lo que le provocó en 2015 las mayores pérdidas de su historia: 6.800 millones de euros. Pese a esta provisión, en 2016 no pudo volver a los números negros y perdió 1.400 millones.

Al invierno financiero del Deutsche Bank se ha sumado una tormenta política. En Alemania se especuló largamente sobre la posibilidad de que el gobierno rescatara al primer banco del país, pero a diferencia de lo que hicieron otros estados, como España o el Reino Unido, Angela Merkel negó la ayuda al Deutsche.

El Deutsche Bank es víctima de un invierno financiero seguido de una tormenta política

Las calabazas de Merkel, convertida en una caminante blanca más, en diciembre hundieron al banco en bolsa e hicieron temblar el sector financiero alemán y, de rebote, del euro. Pero la canciller se mantuvo inflexible y la entidad disimuló negando que necesitara ayuda y anunciando, dos meses después, la ampliación de capital de 8.000 millones.

Esta ampliación sólo es el principio. El banco alemán necesitará bastante más que estos 8.000 millones: lo muestran las desinversiones que tiene previstas, como la venta de su banca minorista en España y Portugal, valorada en 2.000 millones de euros. Y no serán las últimas. 

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