Los renglones torcidos de la historia reciente de Deloitte

Deloitte, una de las cuatro grandes auditoras mundiales, acumula una larga lista de polémicas y líos judiciales en la última década

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Deloitte figura con frecuencia en los rankings de las mejores multinacionales para empezar una carrera laboral. El grupo de servicios profesionales tiene presencia en más de cien países y cuenta con una amplia cartera de clientes, entre las que se cuentan algunas de las grandes compañías globales. Los expertos acostumbran a destacarlo como el lugar ideal para hacer contactos y abrirse un hueco en el disputado mundo de los negocios.

Sin embargo la historia reciente de esta firma fundada en una pequeña oficina londinense en 1845 cuenta con numerosos nubarrones. Estas manchas en el historial tienen que ver, en muchos casos, con las labores de auditoría realizadas por el grupo sobre entidades financieras. El lío más reciente lo ha creado el informe encargado por Bruselas para conocer el valor real de Banco Popular antes de su venta al Santander.

Según se reveló semanas después de la intervención las autoridades comunitarias ignoraron una de las tres tasaciones hechas por el auditor. Fue, precisamente, aquella que se manejaba en un escenario más optimista y que otorgaba al Popular un valor positivo en el entorno de 1.500 millones de euros, desveló Voz Pópuli. Las otras dos, en las que se basó la venta por un euro y posterior pérdida de valor de todas las acciones y bonos de la compañía, se movían entre los 0 y los 8.200 millones de euros negativos.

Por el momento, la Junta Única de Resolución (JUR), con sede en Bruselas, se ha negado a hacer público el documento alegando motivos de confidencialidad. Pero este informe podría resultar clave para las batallas judiciales que afrontan los antiguos accionistas del Popular, que exigen una reparación tras perder el dinero invertido en la entidad presidida durante su última etapa por Emilio Saracho. Ante la negativa de Bruselas a publicarlo sólo un juez tiene la potestad de exigírselo a Deloitte, lo que abriría así un nuevo serial ante los tribunales que recuerda a otras polémicas recientes en las que la multinacional presidida en España por Fernando Ruiz ha jugado un papel protagonista.

Imputación por Bankia

El caso más flagrante, y por el que la filial española llegó a estar imputada, es el caso Bankia. Desde hace cinco años la justicia española investiga las auditorías de cuentas realizadas por Deloitte en el periodo 2010-2011 sobre Bankia y sobre algunas de las antiguas cajas de ahorros que se integraron bajo la nueva marca. Bajo estos informes se justificó la salida a bolsa de un banco que acabaría siendo rescatado, al borde de la quiebra, mediante fondos públicos.

En una discutida decisión, el fiscal del caso Alejandro Luzón retiró la acusación de falsedad contable contra Deloitte y al socio auditor del grupo Francisco Celma, también investigado, hace escasas semanas. En el escrito la fiscalía se hace eco eso sí de los informes de los peritos del Banco de España donde se llega a tachar de “falsas” algunas de las cuentas selladas bajo el logo de Deloitte.

En paralelo a esta investigación sobre las responsabilidades penales, el ministerio de Economía ya dictó su propia sentencia en 2014 respecto al papel del grupo auditor. El Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), dependiente del departamento que dirige Luis de Guindos, impuso una multa de 12,3 millones por dos faltas “muy graves” y otra “grave” a Deloitte, que recurrió sin éxito las sanciones. 

Otra sanción del ICAC

Más reciente y desapercibida ha pasado otra sanción, por una cantidad menor, dictada por el ICAC el pasado mes de mayo. El organismo supervisor castigó entonces a Deloitte a pagar un millón de euros por una “infracción grave” en la revisión de las cuentas de Banco Santander en 2011 al no cumplir el principio de independencia que exigen las leyes de auditoría. Llama la atención la coincidencia de fechas con otras multas, precisamente en los años más duros de la crisis económica.

Un tercer caso que podría suponer un duro golpe a la credibilidad y a las cuentas de la filial española es el de Abengoa. Previamente al concurso de acreedores de la empresa andaluza, Deloitte fue durante años la responsable de fiscalizar las cuentas del grupo. Un trabajo que se ha mostrado ineficaz: la crisis de Abengoa descubrió un pasivo cercano a los 10.000 millones, una losa que estuvo a punto de llevar a la tumba a la multinacional con sede en Sevilla.

«La peor conducta profesional» 

Fuera de las fronteras españolas, Deloitte también acumula una amplia lista de manchas en su historial del último lustro. Uno de los casos más relevantes saltó a la palestra en diciembre de 2016. El organismo supervisor del sector de la auditoría en Estados Unidos, el PCAOB, conocido como auditor de auditores, sancionó con ocho millones de dólares a la filial Deloitte Brasil por irregularidades flagrantes en la revisión de las cuentas de una aerolínea del país.

Para justificar esta sanción, la mayor nunca impuesta por el supervisor estadounidense, el PCAOB cargó duramente contra las prácticas del auditor, a quien acusa además de tratar de obstruir la investigación mediante falsos testimonios y manipulación de pruebas. «La sanción revelada hoy detalla la peor conducta profesional descubierta hasta la fecha», señala el PCAOB en una nota divulgada el pasado 5 de diciembre

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