La subasta eléctrica sonríe a Alcoa y allana la rentabilidad de las plantas gallegas

La multinacional reconoce que "no está descontenta" con el resultado, que los sindicatos cifran en cinco bloques de 90 megavatios, dos más que los logrados el año pasado

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Ya llueve menos sobre las plantas de Alcoa en España, cuya continuidad ha estado en los últimos años supeditada a los costes energéticos y a los incentivos de interrumpibilidad por los que puja la multinacional norteamericana. La subasta eléctrica que otorga estas compensaciones, primas millonarias por desconectarse de la red en momentos de exceso de demanda, celebró este lunes su primera jornada. Según manifestaron los sindicatos a EFE, Alcoa ha obtenido cinco bloques de 90 megavatios, dos más de los que consiguió el año pasado.

De confirmarse el dato, equivaldría a la mitad de los 10 bloques de 90 megavatios que puso en circulación el Gobierno, con mayores incentivos que los 340 ofertados de 5 megavatios. Los sindicatos aseguran que tres bloques irían a parar a la planta de San Cibrao y uno a las fábricas de Avilés y A Coruña.

«No estamos descontentos»

La compañía no habla de resultados, pues la subasta organizada por Red Eléctrica debe ser validada posteriormente por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Será entonces, con la subasta ratificada, cuando la empresa comunique los bloques obtenidos, si bien matiza que no están «descontentos» con la primera jornada de subasta.

La intención de Alcoa es continuar pujando en el proceso, que se prolongará hasta el viernes, para «obtener los mejores resultados posibles». Si se ponen en relación con año pasado, los cinco bloques de máxima potencia supondrían prácticamente un pleno para la compañía, que solicitara entonces cuatro bloques para el centro productivo de San Cibrao, uno para A Coruña y otro para Avilés. Finalmente, obtuvo tres, todos para San Cibrao.

Las dificultades de Alcoa en España

Estos incentivos son fundamentales para paliar los elevados costes energéticos, que sacaron de rentabilidad a la fábrica coruñesa y a la asturiana. En este contexto, Alcoa planteó la venta de las plantas, proceso que se abrió este mismo año, coincidiendo con un fuerte recorte en la producción de aluminio primario y alúmina.

Las fábricas españolas tenían problemas de rentabilidad por los costes de la energía y el mercado se contrajo por la entrada de producto procedente de Asia. El escenario hace fundamental un buen resultado en la subasta eléctrica para la continuidad de las plantas, ya sea bajo el paraguas de Alcoa o con otro operador, si se produjera la venta.

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