Hércules de Armamento recupera la licencia para fabricar armas

Defensa ha levantado a Hércules de Armamento la suspensión temporal del permiso para fabricar armas, que limitaba su actividad desde noviembre de 2015

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La Fábrica de Armas de A Coruña está un poco más cerca de retomar entre sus muros la actividad que le da nombre. La actual concesionaria, Hércules de Armamento, ha recibido una notificación del Ministerio de Defensa con fecha del pasado 11 de mayo en la que se le comunica el levantamiento de la suspensión temporal del permiso para fabricar armas, una facultad que había perdido en noviembre de 2015, después de que Segur Ibérica, que por aquel entonces se encargaba de la seguridad, decidiese abandonar las instalaciones por impago.

Fue la propia empresa la que en ese momento puso en conocimiento de Defensa esta circunstancia que, atendiendo a la legalidad, procedió a retirar el citado permiso. Ahora con varios proyectos a punto de concretarse, la concesionaria de las instalaciones de Pedralonga, que ha contratado recientemente vigilantes armados –uno de los requisitos para levantar la suspensión– ha solicitado el levantamiento de la prohibición con el objeto de darle la vuelta a su delicada situación económica. El ministerio, una vez realizadas las comprobaciones pertinentes, ha accedido a restituir el permiso, que se retrasó por problemas burocráticos en su tramitación.

Hércules de Armamento solicitó el levantamiento de la prohibición para poder cerrar varios pedidos 

Buena parte de las deudas que ahogan a Hércules de Armamento, en su mayor parte con las administraciones públicas, podrían quedar saldadas si logran cerrar dos contratos para fabricar pistolas que tienen ya muy avanzados, uno con un país africano y otro con uno de Oriente Medio. En ambos casos con la autorización del ministerio.

Cañones para México

Sin embargo, el primer pedido en entrar podría venir desde el otro lado del Atlántico. La firma coruñesa ha conseguido una licitación para la servir cañones de armas al Gobierno de México. Como avanza su director Ramón Mejuto a Economía Digital, “solo estamos a la espera de firmar el contrato para que se materialice el encargo”.

Mientras tanto, ultima la llegada de un socio capitalista. Según apunta, tiene ya firmado un preacuerdo ante notario con un inversor, al que se podría sumar el próximo mes de junio un fondo de inversión extranjero.

El permiso para fabricar armas llega, pues, en un momento dulce para la compañía, en el que comienza a ver la luz al final del túnel. Sirve también para retomar contactos con otras empresas con las que la relación comercial había quedado en el aire. Ahora solo falta que lo que a día de hoy son proyectos se vaya materializando.

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