Las debilidades de la resurrección de Blanco

Las expectativas elevadas y la figura de su director llena de dudas el aterrizaje de New Blanco a un sector marcado por la alta competencia

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Blanco ha vuelto. La famosa cadena de ropa que fundó Bernardo Blanco en 1960 y cerró en diciembre del pasado año ha resucitado con una nueva marca. New Blanco, insignia que dirige Jordi Hidalgo, está a punto de abrir su primera tienda. El proyecto aterriza en un sector marcado por la alta competencia y ensombrecido por las dudas que despiertan las expectativas marcadas y la figura de su director.

Hidalgo ha constituido la firma gracias, en parte, al dinero de algunos antiguos trabajadores. Finalmente se han unido seis exempleados que han aportado 75.000 euros (12.500 euros cada uno) para entrar como socios. El desembolso más significativo ha sido el del propio Hidalgo, que ha invertido 1,9 millones. Asimismo, un total de 35 extrabajadores de Blanco se han unido sin hacer ningún tipo de aportación económica. 

Su primera tienda se abrirá en Murcia, concretamente en el Centro Comercial Dos Mares de San Javier. El resto de establecimientos estarán ubicados en AndalucíaMadrid y Cataluña. Todos ellos ocuparán, salvo algunos casos, locales en los que antes había tiendas de Blanco, cuya sociedad gestora, Global Leiva, se encuentra en proceso de liquidación.

¿Castillos en el aire?

A día de hoy, la compañía opera en régimen de cooperativa, compuesta con dos sociedades. La principal, New Look Blanco, que se ha constituido con un capital social cercano a los 580.000 euros.

La compañía pretende renovar la colección cada 15 días y hacerlo con una fabricación íntegramente europea. Además, el proyecto cuenta con el respaldo de un equipo técnico de unas cuarenta personas, entre las que se encuentran diseñadores, especialistas en mercadotecnia, ilustradores e informáticos.

Las previsiones apuntan a una treintena de tiendas antes de que finalice el año y 117 para 2018. Pero, ¿es asumible esta promesa? Si se toma en cuenta el objetivo para este año ya llega tarde. La firma tenía previsto la apertura de cinco establecimientos en junio, pero todavía no ha abierto el primero.

New Blanco corre el riesgo de no cumplir con sus propias expectativas

Por tanto, para poder cumplir, New Blanco tiene que abrir cinco tiendas cada mes hasta que termine el año. Un ritmo que debe doblar a partir de 2018 si quiere alcanzar la meta de 117 establecimientos. De no hacerlo, todo quedará en un brindis al sol. 

Un liderazgo cuestionado

La figura de Jordi Hidalgo, ajeno hasta ahora al mundo de la moda, genera dudas. El empresario sólo cuenta con experiencia en el sector de la ingeniería civil. Una actividad que capitaliza a través de su principal firma, Hipaldisa.

La sociedad fue creada en febrero de 2016 con el objeto social de «construcción de redes eléctricas y de telecomunicaciones», según consta en el registro mercantil. Su sede está compartida entre la localidad barcelonesa de Sant Celoni y Jerez de la Frontera (Cádiz).

Las faltas de ortografía del director de New Blanco ha embarrado el anuncio de apertura

Antiguos empleados que no han querido sumarse al proyecto critican que utilice la estela de Blanco para lanzar su negocio. “La esencia se ha perdido, no es la misma”, aseguran. Otros, en cambio, infieren que el hijo del fundador podría estar detrás del proyecto.

Además, el anuncio de Jordi Hidalgo sobre la vuelta de Blanco se ha visto marcado por la polémica. En el texto que compartió en la red social Linkedin cometió faltas de ortografía que no pasaron inadvertidas. Tanto, que algunos usuarios cuestionaron la fiabilidad del proyecto.

Anuncio de Jordi Hidalgo en Linkedin

Anuncio de Jordi Hidalgo en Linkedin editado. ED

Un sector dual marcado por la alta competencia

New Blanco no pisa suelo firme. El ecosistema de la moda española, marcado por la elevada competencia, ha perdido fuelle en los últimos años. Según el análisis de los panelistas de Kantar, en diez años la moda española se ha dejado aproximadamente 6.000 millones de euros. El cierre de Blanco, o el de otras marcas como MaryPaz, responden a un crecimiento desmesurado antes de la crisis que después no se pudo sostener. 

Y no han sido los únicos que han tenido problemas. En 2016, Grupo Cortefiel encargó a Goldman Sachs la búsqueda de socios ante la posible salida de los fondos CVC, Pai y Permira. Situación similar a la que vivió Amichi, que solicitó a Banco Santander un proceso de selección de inversores para impulsar una etapa de crecimiento, o Festa, que inició un proceso de venta que concluirá con la salida del accionariado de Portobello Capital, antigua Ibersuizas.

El mercado de la moda española se ha dejado 6.000 millones en diez años

No obstante, la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) defiende que en el escaparate hay sitio para todos. Los datos de su primer informe referido a 2015 revelan que el sector generó una cifra de negocio cercana a los 405,3 millones de euros, si bien la mayoría de la actividad la capitalizan las grandes marcas.

A modo de ejemplo, Inditex aumentó un 11% en sus ventas en los nueve primeros meses de 2016, hasta los 16.403 millones de euros. Mientras, la facturación de Mango subió 15% en 2015.

Por todo ello, al proyecto de Hidalgo no le bastará con la nostalgia de los antiguos clientes. La firma tiene por delante el reto de no diluirse entre las más de 6.800 marcas dedicadas a la moda en España.

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