Bimba y Lola, historia de una marca

Las sobrinas de Adolfo Domínguez, que ganaron la batalla judicial a Bimba Bosé por la enseña comercial, comenzaron llamando a la empresa Moet & Mos

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Del champán francés a los lebreles más castizos. Ese es el recorrido histórico que, en su joven vida, guarda el imaginario figurativo que proyecta Bimba y Lola, una de las marcas de mayor recorrido de la moda española, en fase ahora de internacionalización. Fundada por las sobrinas de Adolfo Domínguez, la firma se vio envuelta en una cruzada judicial contra la fallecida Bimba Bosé, que finalmente perdió la batalla contra la compañía gallega por la marca. Bimba y Lola fue hasta 2013 Bimba & Lola, y mucho antes había sido Moet & Mos. Esta es la historia de una marca de moda.

Constituida inicialmente como Moet & Mos, para denominarse luego Bimba & Lola, con clara inspiración canina, las dos hijas de Jesús Domínguez, Uxia y María Domínguez Rodríguez, decidían en febrero de 2005 dar el salto y crear su propia cadena de moda dedicada a la mujer. Y todo, desde las inmediaciones de Vigo, en el municipio de Mos, que es uno de los grandes polos industriales de Galicia y que daba el segundo nombre a la marca inicial, Moet & Mos, que tuvo corta vida. Como tal, Bimba & Lola, con la alternativa gráfica a la conjunción copulativa latina _et_, permanecería vigente hasta 2013, cuando las hermanas deciden darle una vuelta más a la imagen de la compañía que llegó hasta sus logotipos.

El comienzo

En sus inicios, la nueva enseña textil, de la que ambas hermanas eran únicas accionistas, contaba con respaldo financiero suficiente como para abrir en año y medio una red comercial de sesenta tiendas, con una inversión de 15 millones de euros. Desde sus comienzos logró posicionarse en las principales plazas de España y Portugal, país en el que tienen registrada la sociedad Moet Mos Ltda.

Su modelo de crecimiento se apoyaba en el formato de franquicias, pero también incluye tiendas en propiedad. Bimba y Lola es una referencia comercial que, según diversos medios, tenía como inspiración los dos perros de ambas hermanas, de nombres Bimba y Lola. Sea como fuere, la imagen que siempre acompañó a la marca fue la de una pareja de galgos negros. Hoy en día, los lebreles también han desaparecido de los logotipos de la firma.

Aprendizaje en casa

Pero Uxía y María no estaban solas en su cruzada. La inquietud de Jesús, el cerebro financiero del éxito de Adolfo Domínguez en los años ochenta y noventa, y su deseo de apoyar la iniciativa empresarial de sus hijas le llevó a abandonar las tareas ejecutivas directas en Lonia, que creó tras la ruptura en el seno de la familia. Jesús Domínguez sabe de marcas. De hecho, desde que crea Lonia Textil, siempre buscó referentes para apoyar sus líneas de ropa y complementos. El primero fue Purificación García, una modista con la que también tuvieron serios problemas, que incluso se dirimieron en los tribunales, y que desde hace años está totalmente desvinculada del grupo.

Actualmente, la modista, ourensana de nacimiento y afincada en Cataluña, solo tiene un contrato de arrendamiento de su marca con la compañía gallega.  En parte por los problemas derivados de su relación con Purificación García, y también con el objetivo de lanzar nuevas líneas al mercado, los hermanos de Domínguez recurrieron a otro nombre para poner cara a sus nuevos proyectos. Fue así como lanzaron en España las colecciones de CH y Carolina Herrera, convirtiéndose en franquiciados de la diseñadora venezolana. Las hermanas Uxía y María, cuando apostaron por Bimba y Lola, sabían ya de marcas. Lo vivieron en casa.

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